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La bitácora de viaje de Aldo Schiappacasse desde Miami: Cosas que todavía que arden

Revisa la opinión del comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa en la previa del duelo de la Roja ante México.

La bitácora de viaje de Aldo Schiappacasse desde Miami: Cosas que todavía que arden

Querétaro es una ciudad hermosa e histórica, emparentada con la Independencia, la Revolución, la Constitución y la cultura mexicana. Entre sus construcciones españolas del barroco y la colonia, destaca un acueducto de 74 arcos, construido por amor en el siglo XVII.

Por amor y necesidad, claro. La ciudad no disponía de agua limpia y las monjas del convento le solicitaron al Marqués de Urrutia y Arana que solucionara el problema. Cuando se lo plantearon, el gobernante quedó prendado de Sor Marcela, lo que aceleró los trámites. Cuando uno se enamora, no se fija en gastos. El amor era imposible, no sólo por la condición religiosa de la joven, sino, sobre todo, porque era sobrina de la esposa del Marqués. El agua llegó igual y el acueducto sobrevivió con dignidad el paso del tiempo.

La historia la conoce bien Edson Puch, quien ahora juega en el Gallos Blancos de esta ciudad y que fue pieza clave en la goleada del 7-0. Ahora no está siquiera considerado por Rueda. En Querétaro también jugaron Esteban Paredes, Juan Carlos Vera, José Pérez y Carlos Soto, que no es el ex presidente del Sifup, sino el que jugó en Palestino, Colo Colo y la U. En la prehistoria, cuando el equipo se llamaba Tampico Madero, vinieron dos inolvidables: Rubén Martínez y el Coke Contreras.

Ya que estamos en la historia, recordemos que el primer avión que despegó desde Santiago después del Golpe de Estado conducía a la selección chilena que iba a medirse con la Unión Soviética en 1973. La primera escala fue en el Estadio Azteca, en una actuación soberbia de Carlos Caszely, quien anotó los dos goles de la única victoria como visitantes ante México. El Chino y los jugadores habían dado una extraña conferencia de prensa el día previo, donde sólo les preguntaban por Pinochet y el Presidente Allende.

Los aztecas, pocas semanas después, tendrían su debacle ante Trinidad y Tobago, quedaron eliminados del Mundial de 1974 y en su lugar fue Haití, cuyas figuritas del álbum de monitos costaba mucho completar.

Son cosas que no se olvidan, como el 7-0 que le propinamos al Tri en Santa Clara. Hoy un diario local tituló, breve y picante "Todavía arde", como para demostrar que en la vida, el amor y el fútbol, hay cosas que nunca pueden enterrarse.

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