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La Columna de Leonardo Burgueño: El Mundial de la pelota parada II

El periodista de Al Aire Libre y técnico de fútbol nos entrega su opinión especializada sobre el Mundial de Rusia 2018.

La Columna de Leonardo Burgueño: El Mundial de la pelota parada II
Llévatelo:

Por Leonardo Burgueño, @LeoBurgueno

El 27% de los goles se han marcado después de una jugada de balón detenido. Una cifra que aumenta a 43% si se agregan los festejos tras penales o tiro libres.

 “En este torneo ya se ha visto que los márgenes son muy ajustados, así que tenemos que insistir todavía más en las jugadas a balón parado”. La frase corresponde a Gareth Southgate, el entrenador de Inglaterra, uno de los países que más provecho le ha sacado a los balones detenidos.

Los números son contundentes: 43 de 161 goles (semifinales, incluido) llegaron por una pelota parada. Es decir un 27% de los festejos arribaron después de un córner (26), tiro libre (15) o un saque lateral (2).

Una cifra que no tiene en cuenta los cuatro tantos de tiros libres o los 21 penales (sobre 28 cobrados), porque allí habría que sumar 26 festejos más y el porcentaje se elevaría a 43%.

Los especialistas

Inglaterra, Colombia y Uruguay han mostrado un buen manejo de la pelota detenida.

Los “Tres Leones” anotaron cinco de los once goles a la salida de un córner o tiro libre (sin contar los tres que Harry Kane hizo de penal y el tiro libre de Kieran Trippier). Es decir, el 42% de los festejos llegaron por esa vía.

Si tomamos en cuenta el total, los ingleses sólo han anotado tres de sus nueve conquistas de jugada (Jesse Lingard, el rebote en el pie de Kane ante Panamá y el cabezazo de Delle Alli a Suecia).

Por su parte, los dirigidos por José Pekerman se hicieron fuertes con el cabezazo de Yerry Mina, quien anotó tres de los seis festejos en Rusia y todos tras un córner desde la derecha.

El primero, ante Polonia, fue una jugada de distracción antes del centro; el segundo fue un envío de Juan Fernando Quintero frente a Senegal y en el tercero, la asistencia fue de Juan Guillermo Cuadrado en el agónico grito ante Inglaterra.

Si a eso le sumamos, el tiro libre de Quintero ante Japón, nos queda que Colombia sólo hizo dos tantos de jugadas.

Y la “Celeste” aportó su cuota: cuatro de siete anotaciones los hizo después de una pelota detenida (dos directas de pateador a goleador y dos con segunda jugada) y otro fue de tiro libre (Luis Suárez a Rusia). Los dos únicos goles que el elenco de Oscar Tabárez hizo sin pelota muerta fueron en la victoria 2-1 ante Portugal.

Las razones

Los entrenadores y los arqueros tienen diferentes motivos de este crecimiento (en Brasil, los goles por esta vía contando tiros libres y penales llegó al 22%).

Por un lado, los porteros se quejan de que la pelota se parece mucho a la Jabulani de Sudáfrica 2010 y que eso los complica: “Somos las víctimas de la FIFA y de esta evolución del fútbol”, dijo al respecto el guardametas egipcio Essam Al-Hadari (que se convirtió en el jugador más veterano en disputar un Mundial con 45 años y 151 días).

También el uso del spray para evitar que las barreras se adelanten es un punto que hay que considerar, aunque la llegada del VAR le agregó un condimento más, ya que los jugadores se han agarrado menos en el área, porque el cuerpo arbitral que está mirando por TV el partido los puede denunciar.

En el informe de la FIFA después del Mundial de Brasil 2014 se leía: “La importancia de la estrategia ha crecido y los equipos evitar cada vez más hacer faltas cerca del área”.

Un escrito de hace cuatro años que cobra vigencia en este Mundial.