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La columna de Aldo Schiappacasse: Dispara usted o disparo yo

El comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa analiza la situación vivida en el CDA.

La columna de Aldo Schiappacasse: Dispara usted o disparo yo

Por Aldo Schiappacasse, @AldoRomuloS

Hay bien poco que agregar en el tema de la violencia en el fútbol en Chile, que no es nuevo ni avanza demasiado. Ya se ha dicho todo: la falta de rigor de la autoridad policial, política y judicial; la nula voluntad de las sociedades anónimas; la abierta complicidad de jugadores y dirigentes; la ingenuidad de la ANFP para encarar el fenómeno.

Que en las puertas del lugar de entrenamiento de Universidad de Chile agarraran a balazos a tres prominentes y prontuariados barristas no es un tema menor, pero ha desencadenado una serie de hechos al menos sorprendentes. Por lo pronto, llama la atención el profundo conocimiento que tenía Johnny Herrera de los agredidos, a quienes parecía apreciar íntimamente, de quienes tomó rápidamente la versión de que habían sido baleados por miembros de la barra de Colo Colo.

La misma rapidez que tuvo el Fiscal Apablaza para descartar esa posibilidad, aduciendo que no había "imágenes de que existieran personas con vestimenta o señales de otro club". O sea, para que fuera alba tenía que andar con la camiseta. Por ende, la conclusión más rápida fue que era una lucha interna, que debería ser ratificada en la investigación pertinente, suponemos, porque de ser así la identificación del agresor será mucho más fácil: disparó sobre gente conocida.

Universidad de Chile se apresuró en aclarar que los incidentes habían sido fuera del recinto. Y se insistió en que se realizaba una "actividad social", de la cual no se tienen más datos de que era un entrenamiento con invitados, sin detallarse, por cierto, que se requería para tener ese privilegio. Del presidente del club -que acostumbra hacer el símbolo de la barra brava cuando firma algún contrato deportivo- nada se ha sabido.

El fiscal, por cierto, no ha aclarado si citará a los encargados de Azul Azul, aunque aceleradamente hizo saber que al capitán del equipo le extendería una invitación legal para aportar antecedentes. Para reafirmar que el fair play no está en las costumbres de nuestros jugadores, Esteban Paredes le enmendó la plana a Johny y le hizo un llamado a cuidarse públicamente, porque siempre cabe la posibilidad de ser agredido.

La sensatez de David Pizarro es lo más relevante que podemos sacar de este episodio, que nos devuelve a la realidad que desde Quilín pretenden disfrazar invitándonos a volver al estadio con nuestras familias. La balacera en el CDA sirvió para que comprendiéramos que estamos donde mismo. Y para pronosticar que seguiremos donde siempre.

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