La columna de Aldo Schiappacasse: El fútbol, la guerra y las pasiones
Revisa la opinión del comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa.
Por Aldo Schiappacasse, @AldoRomuloS
En 1969, Honduras protagonizó con El Salvador la denominada "Guerra del Fútbol", un conflicto armado entre el 14 y el 18 de julio. Tomó su nombre porque estuvo precedida -en un tenso ambiente- por duelos entre ambas selecciones por las eliminatorias a México 1970.
Fueron tres encuentros: el 8 de junio, en Tegucigalpa, los locales ganaron 1-0; luego, el 15 de junio, los salvadoreños vencieron 3-0; por lo que hubo que disputar un desempate en Ciudad de México. El 26 de junio, con cinco mil policías en las tribunas, El Salvador derrotó 3-2 a Honduras y avanzó a la tercera ronda. En ese marco, con hostigamientos mutuos y la muerte de una menor que se transformó en asunto de Estado, el conflicto es uno de los más insólitos que se recuerden en el mundo.
El conflicto armado y su matiz futbolero quedaron registrados en un reportaje en terreno del mítico periodista polaco Ryszard Kapuscinski. "El fútbol inflamó los ánimos chauvinistas y el patriotismo trasnochado que se necesitaba para iniciar una guerra y fortalecer el poder oligárquico en ambos países. Los salvadoreños atacaron primero porque contaban con una victoria fácil basados en un ejército claramente superior. La guerra terminó en empate. La frontera siguió siendo la misma. Es una frontera aproximada trazada a través de rastrojos y montañas reclamadas por ambos países", escribió el cronista.
Ahora una Honduras futbolísticamente en crisis -con técnico interino y pésimos resultados- viene a medir fuerzas con un Chile desangrado, abúlico y conflictuado. Jugarán en una zona policial, casi militarizada, con un conflicto centenario jamás resuelto, y en medio de estrictas medidas de seguridad.
Es el fútbol, en el ojo del conflicto.
