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La columna de Aldo Schiappacasse: Sobre muertos, fantasmas y un nombre que nadie pronuncia

Revisa la opinión del comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa en la previa del duelo Chile-Honduras.

La columna de Aldo Schiappacasse: Sobre muertos, fantasmas y un nombre que nadie pronuncia

Por Aldo Schiappacasse, @AldoRomuloS

Según las estadísticas de la FIFA, Chile y Honduras se enfrentaron por primera vez el 26 de enero de 1997 en Santiago, con triunfo para la Roja por 3-2, con goles Rodrigo Goldberg (15'), Ítalo Díaz (43') y Eros Pérez (67'). Los descuentos son atribuidos a Milton Flores (34' y 90'). Todo eso es mentira; el partido jamás se jugó y es un dato fantasma convertido en oficial, en un misterio aún sin develar, y que en Zúrich se niegan a conceder.

Cuando ahora sí se enfrenten los hondureños con los chilenos, habrá reconocimiento para Reinaldo Rueda, un colombiano que tiene nacionalidad catracha por haberlos llevado al Mundial de Sudáfrica, pero, por sobre todo, por haber unido a un país con mucha violencia. "Triple R" dirigió a la selección aun sabiendo que en Honduras los futbolistas se mueren seguido.

Eduardo "Balín" Bennett, ex delantero hondureño de San Lorenzo y Cobreloa, fue apodado así porque a su hermano mayor, Jorge, le llaman "Bala" por el tiro que recibió en 1987 y que quedó alojado en su cuerpo, aunque no llegó a matarlo. Su historia no es un caso aislado: refleja la realidad que atormenta a uno de los países más violentos del mundo, con una tasa de 42,8 asesinatos por cada 100 mil habitantes (Chile tiene 3,3).

El pasado domingo se anotó el ejemplo más reciente: el meta Sein Munguía, de 27 años, murió en la madrugada luego de ser baleado por un hombre con el que había discutido durante un "carrete" en un bar de La Ceiba.

Hace menos de un mes, el 28 de octubre, Mario Róchez, de 33 años, murió en la localidad de Coyoles Central. Iba manejando una moto y recibió un tiro.

Los casos se multiplican en Tegucigalpa, San Pedro Sula, Puerto Cortés, La Ceiba... La forma es diversa: en robos, por encargo o peleas en centros nocturnos. Con armas automáticas, revólveres, escopetazos, cuchillos o golpes.

Quizás el capítulo más recordado es el del arquero Milton "Chocolate" Flores, quien murió en San Pedro Sula en 2003. El ex seleccionado recibió diez impactos de un fusil AK-47 a bordo de su vehículo en el Barrio Rojo de la ciudad. Habría sido alcanzado por el fuego cruzado entre bandas rivales mientras tenía relaciones sexuales con una mujer en el vehículo. Otros ex seleccionados también fueron víctimas fatales: Lester Clay Marson y Arnold Peralta. Y la lista es extensa.

Quizás por eso Gastón Castro nunca quiso ir a Honduras, sobre todo después del 24 de junio de 1982, cuando en Zaragoza, durante el Mundial del 82, le cobró un penal a Honduras frente a Yugoslavia. Con ese gol, en el minuto 88, clasificó España y los catrachos se quedaron fuera.

Apedrearon la Embajada chilena en Tegucigalpa, y el Presidente del país, Roberto Suazo, dijo que el juez era uno "de los jinetes del Apocalipsis". Pero el peor de los castigos fue que, durante muchos años, ningún niño nacido en esas tierras llevó por nombre Gastón.

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