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La columna de Manfred Schwager: El rey en las alturas

Revisa la opinión del periodista de Al Aire Libre en Cooperativa.

Foto: EFE La columna de Manfred Schwager: El rey en las alturas
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Isaiah Thomas está de vuelta en la NBA. O, al menos, está volviendo. Para demostrar que sí pertenece. Que aún le queda mucho básquetbol por entregar.

La nueva aventura de Thomas es en Denver. Los que han jugado en la Mile-High City aseguran que los 1.609 metros de altitud afectan a la hora de pisar el parquet, y más aún al lanzar al aro. Pero nada de esto debe importarle al base, que se ha dedicado a combatir las críticas a su juego y a su físico a punta de canastas.

Sus 1,75 metros de estatura y algunas dudas sobre su nivel lo hicieron caer hasta la última selección del Draft del 2011, generación que comparte con Kyrie Irving, Klay Thompson, Kawhi Leonard, Jimmy Butler y Kemba Walker.

Sacramento fue la ciudad que lo acogió en sus primeros años en la liga. Los Kings, envueltos en una larguísima reconstrucción, corrieron el riesgo y apostaron por el jugador, que les respondió con 18,7 puntos y 5,9 asistencias de promedio en las tres temporadas que estuvo allí. Luego fue traspasado a Phoenix, donde cumplió una correcta mitad de temporada antes de ser transferido nuevamente, esta vez hacia Boston en una negociación que involucró tres equipos.

Allí Thomas registró las que hasta hoy son sus mejores temporadas. Disputó sus únicos play-offs, superó las 22 canastas por partido entre 2015 y 2017, e incluso se convirtió en un anotador letal en el último cuarto, que le valió ganar un apodo surgido de la serie de televisión Game of Thrones.

Los plya-offs del 2017 son un punto de inflexión en su carrera. Un día antes de comenzar la primera ronda frente a Chicago, Chyna, hermana del jugador, falleció en un accidente de tránsito. Thomas jugó todos los partidos en el triunfo 4-2 de Boston, y sólo después de eso asistió al funeral.

Luego Thomas sería clave para llegar a la final del Este en que Boston se inclinó ante Cleveland por 4 a 1. En esa postemporada el base sufrió una lesión en la cadera que lo dejó fuera de acción en los últimos tres partidos, y también por los primeros tres meses de la 2017-2018.

Thomas apostaba que ese nuevo año le permitiría firmar el gran contrato de su carrera, pero Boston vio la oportunidad de conseguir a Kyrie Irving y no dudó en enviar a varios de sus jugadores, entre ellos al propio Thomas, como moneda de cambio hacia Cleveland. El base, así como gran parte de la liga, lamentaron la falta de lealtad de la franquicia con el jugador que se echó el equipo al hombro en sus peores momentos.

Ni los Cavaliers ni los Lakers, sus dos paradas en el último año, le trajeron el éxito que esperaba. Es por eso que firmó un contrato por el salario mínimo con Denver, donde ya comienza a mostrar signos de su recuperación.

Thomas apenas lleva cinco juegos disputados en esta temporada, pero su regreso a la actividad le pone un interesante desafío al entrenador Mike Malone: darle a un tipo de su experiencia un rol fijo en el segundo mejor equipo de la Conferencia Oeste, donde la rotación ya considera a once jugadores.