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La columna de Manfred Schwager: Respeto por el juego

El periodista de Al Aire Libre en Cooperativa comenta la WNBA.

La columna de Manfred Schwager: Respeto por el juego

Por Manfred Schwager, @mschwagerv.

Mientras las figuras de la NBA disfrutan de sus vacaciones, o se preparan para una nueva temporada con preparadores físicos y entrenadores, las jugadoras de la WNBA se encargan que la pelota no deje de botar en Estados Unidos.

Creada en 1996, esta liga se fundó como contraparte de la NBA, contando con la aprobación y el apoyo de su directiva de la época. Eso sí, sólo cinco de sus actuales doce equipos comparten propiedad y recintos con franquicias masculinas.

Al igual que en otros deportes, las jugadoras de la WNBA reciben un sueldo más bajo que los varones. Mientras Stephen Curry tendrá el mejor sueldo de la nueva temporada con 35 millones de dólares, el tope de salario en la liga femenina es de 110 mil. De hecho, con el pago mínimo que permite la NBA, 582.180 dólares, se puede solventar completo un equipo femenino.

Eso sí, la consigna que algunas profesionales han levantado sobre este tema no apunta al monto que perciben, sino que a su origen: mientras en la NBA el tope salarial se calcula sobre la mitad de los ingresos relacionados con la actividad (Basketball Related Income, en inglés), en el caso de las damas alcanza apenas el veinte por ciento. Con ello, un ajuste a la estructura monetaria de la liga podría entregar más equidad a los sueldos que una simple inyección de capital.

Por lo demás, una de las formas que han encontrado estas jugadoras para generar más recursos es actuar en dos ligas. El que la WNBA se desarrolle entre mayo y septiembre facilita esa opción, ya que pueden actuar en Europa y Asia, sacrificando su descanso para generar recursos que frecuentemente son mayores que en Estados Unidos.

Según reconoce la propia liga, 89 jugadoras ocupan el resto de su año en otras competencias, incluyendo a la MVP de la última temporada Sylvia Fowles. Es lo que hizo Ziomara Morrison en 2012, cuando además de jugar con San Antonio Silver Stars también participó con el Ciudad de Burgos y el Rivas Ecópolis en la liga española.

Otras jugadoras dividen su atención entre la liga y sus labores en otras áreas. Es el caso de Chiney Ogwumike, que también ejerce como comentarista y presentadora en la cadena ESPN; y de Lindsay Whalen, que es la entrenadora jefe del equipo femenino de la Universidad de Minnesota.

Considerando todo lo anterior, la presente temporada se está consolidando como la mejor de su historia, y al mismo tiempo está ayudando a aumentar la visibilidad y el respeto de la liga, con ratings en franco ascenso, récords en diversas categorías y sirviendo como inspiración a las nuevas generaciones de basquetbolistas.

El reciente Juego de las Estrellas fue un perfecto resumen del crecimiento de la WNBA: un partido entretenido y que se definió hacia el final, y también una competencia de triples donde Allie Quigley anotó la mejor ronda de la historia –tanto en hombres como en mujeres– con 29 aciertos. Señales, en un año marcado por el movimiento feminista, de cuánto queda por hacer en el deporte para lograr la igualdad.

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