Todas las Noticias de Universidad de Chile Todas las Noticias de Palestino Todas las Noticias de Unión Española Todas las Noticias de Deportes Iquique Todas las Noticias de Coquimbo Unido Todas las Noticias de Everton Todas las Noticias de Colo Colo Todas las Noticias de O'Higgins Todas las Noticias de Cobreloa Todas las Noticias de Universidad Catolica Todas las Noticias de Huachipato Todas las Noticias de Ñublense Todas las Noticias de Audax Italiano Todas las Noticias de Cobresal Todas las Noticias de Unión La Calera Todas las Noticias de Copiapó

Andy Murray, el único que ha podido desbancar a Federer, Nadal y Djokovic

Revisa el perfil del británico que anunció su retiro en esta temporada.

Foto: EFE Andy Murray, el único que ha podido desbancar a Federer, Nadal y Djokovic

La emoción de Murray tras conquistar su primer Grand Slam, en el US Open 2012.

Llévatelo:

Solo un hombre ha sido capaz de desbancar a Federer, Djokovic y Nadal del número uno. Solo un hombre rompió la sequía de 76 años sin un título de Grand Slam británico. Solo un tenista ha ganado dos oros olímpicos. Solo un hombre, Andy Murray, el sucesor de Fred Perry anunció este viernes el punto final a su carrera.

A Murray, de 31 años, se le conoce por su resistencia, forjada desde que era tan solo un niño. Con ocho años vivió uno de los episodios más trágicos de la historia del Reino Unido en su propia piel y empezó a forjar un carácter de luchador, de fortaleza mental y de concienciación.

El 13 de marzo de 1996, Thomas Hamilton  disparó en la localidad escocesa de Dunblane, de donde es natural Andy, a 16 niños y a un profesor en un colegio, asesinándolos a sangre fría. Después se suicidó. Andy y su hermano Jamie eran alumnos de ese colegio y se salvaron por no estar en ese momento en el gimnasio, lugar de la matanza.

El niño se transformó a pasos acelerados en un hombre y ya con una raqueta en la mano, veía cómo mientras sus rivales contemporáneos como Rafael Nadal, entrenaban con números uno del mundo, como Carlos Moyá, el pequeño Andy tenía que conformarse con Jamie, hoy en día uno de los mejores doblistas del mundo.

Gran Bretaña ansiaba un campeón que reverdeciese los éxitos de Fred Perry en los años treinta y que hiciese olvidar el "coitus interruptus" que fue Tim Henman.

La madre de Andy, Judy, mandó al joven de 15 años a Barcelona a que se moldease en la arcilla, superficie casi impracticable en el Reino Unido. A las órdenes de Emilio Sánchez Vicario se pulió el jugador reconocible por el gran público. El contraatacador que no da una pelota por perdida, el luchador nato, el revés paralelo que ha causado estragos y el puño en alto que levantaría en 45 ocasiones, tantas como títulos consiguió en su carrera.

Considerado un "perdedor" en sus inicios, Murray cayó en sus cuatro primeras finales de Grand Slam, desde 2008 hasta 2012, quedándose a una del récord de Fred Stolle, quien entregó cinco.

La racha se rompió en el US Open de 2012, meses después de vencer a Roger Federer en el All England Club en los Juegos Olímpicos de Londres, donde también se hizo con la plata en la modalidad de dobles mixto.

Murray ya sabía lo que era perder una final de Wimbledon y necesitó de un año más, 2013, para vengar la figura de Perry y alzarse con la copa dorada 77 años después de que lo hiciera el ya fallecido tenista.

Djokovic mandó un revés a la red y Murray, encogido por la emoción y el sufrimiento, dejó caer la raqueta al suelo, se quitó la gorra y con los brazos en alto celebró hacia su palco. Una imagen para la historia, un fundido abrazo con "Nole", las lágrimas de su madre en la grada, la impasibilidad de Ivan Lendl y él llorando sobre el pasto de la Catedral. Historia del tenis.

Otras tres derrotas en finales precedieron a su mejor año en la elite. Un 2016 en el que sumó nueve títulos, entre ellos su segundo Wimbledon y la Copa de Maestros, además del oro olímpico en Río de Janeiro. El último día del calendario ATP, firmó el número uno del mundo. Tocó el techo y cayó de la manera más injusta para un deportista. Lastrado por las malditas lesiones.

Tras ser eliminado en cuartos de final en Wimbledon 2017, Murray, que venía completando una campaña irregular, se vio envuelto en una espiral de lesiones. Trató de evitar la cirugía en su malograda cadera, pero no volvió a empuñar una raqueta en todo el año.

El quirófano llegó a principios de 2018 y Murray no regresó a las pistas hasta el torneo de Queens, en junio, con derrota. Siete victorias en todo el año le llevaron a parar en agosto. Un retorno que nunca volvió a ser el esperado y que lo ha apartado de Djokovic, Nadal y Federer, que ocupan los tres primeros escalones del podio mundial, mientras que Murray está relegado al número 230.

Con los ojos cristalizados por las lágrimas, el escocés explicó que intentará decir adiós a 14 años de carrera en Wimbledon, su casa. 45 títulos, tres Grand Slam, 14 Masters 1.000, tres medallas olímpicas, una Copa Davis y 41 semanas como número uno del mundo. El legado que deja el chico de Dunblane explica una vida de superación y resistencia, que Andy Murray merecería acabar de otra forma que no fuese por las lesiones.