No tiene todavía 20 años y Karim Benzema, el joven jugador nacido en los arrabales modestos de la ciudad que alberga a Olympique de Lyon, es ya la nueva perla del séxtuple campeón de Francia, con el que ha marcado 11 goles en igual número de jornadas de liga, mirándose en el espejo de su ídolo, Ronaldo.

Por más que sus orígenes magrebíes, su timidez recalcitrante y su gesto siempre serio inviten a la constante comparación con Zinedine Zidane, el adolescente lionés se obstina en seguir la estela del brasileño de los dos Balones de Oro.

"Desde pequeño Ronaldo es mi referencia, mi fuente de inspiración. Desde que llegó a Barcelona me marcó. Tengo muchas cintas con sus partidos y una en la que están sus mejores jugadas no se la dejo a nadie. A fuerza de verle me impregno de algunos de sus gestos", confesó Benzema en una reciente entrevista.

En los entrenamientos y en los partidos, el ariete se impone como retos copiar al "mito Ronaldo", un jugador que "alía técnica, potencia, velocidad, regate y gol", según su propia definición.

A base de imitar al brasileño, el lionés perfeccionó su juego, sus gestos técnicos, sus desmarques y sus remates hasta que consiguió ganarse un puesto titular en su club, una seria opción en la banca de la selección, un espacio de honor en el corazón de los aficionados y una referencia seria en la agenda de los grandes de Europa.

Este ha sido el año de su explosión. A gol por partido en liga, Benzema marcó el martes un tanto en Liga de Campeones y logró dos dianas con la selección.

Pese a su juventud ha relegado a la suplencia al checo Milan Baros y no parece que el retorno del brasileño Fred, lesionado por el momento, vaya a privarle de un puesto titular.

El 19 de diciembre cumplirá 20 años y su vida empieza a cambiar pese a sus intentos de que todo siga igual.

La estrella de Lyon sigue viviendo con sus padres en el modesto barrio de Bron, donde nació y donde dio sus primeros pasos en el mundo del fútbol.

Unos inicios que no fueron fáciles. Cuanto tenía ocho años, un problema administrativo estuvo a punto de dejarlo fuera del club local. Sólo la insistencia de su padre para que le hicieran una prueba le permitió convencer, con sus ya precoces facultades, a los técnicos del equipo.

En su primer duelo contra los benjamines de Lyon, los "capos" de la región, marcó dos goles y llamó la atención de los veedores.

A los nueve años desembarcaba en el club por excelencia de la zona, que hizo una excepción para acogerle en su centro de formación, pese a que éste está reservado a los niños procedentes de otras regiones.

Su padre quería así sacarle de un barrio en el que las malas compañías podían haberlo apartado del fútbol.

Internado en el centro de formación, el joven Karim fue subiendo escalones a gran velocidad: a los 16 años llegó al segundo equipo y pronto empieza entrenar con los profesionales, con los que debutó en 2005.

Su vertiginosa ascensión sorprendió a los gestores de Lyon, que se vieron obligados a adaptar hasta en cinco ocasiones sus contratos a medida que las ambiciones de otros clubes planeaban sobre su perla. En su última versión, se comprometió con el club francés hasta 2012. (EFE)