El favorito cumplió. Estados Unidos se coronó campeón del Mundial de Baloncesto, puesto que derrotó sin apelaciones al dueño de casa, Turquía, por 81-64 y con ello sumó en forma invicta su cuarta estrella en las citas planetarias de la especialidad.

Desde un principio fueron los dirigidos por Mike Krzyzewsky se mostraron muy superiores a los anfitriones, ya que contaban con la brillante participación del alero Kevin Durant, quien castigó durante todo el pleito y sumó 28 unidades en la final, siendo el máximo anotador del certamen.

Por parte de los dueños de casa, quienes eran apoyados fielmente por los 17.000 mil fanáticos otomanos, la estrella era Hidayet Turkoglu ya que pudo encestar 19 unidades a favor de los anfitriones.

En el último tiempo la diferencia del dream team se hizo mayor, donde aparte de la estrella de los Oklahoma City, apareció André Iguodala para seguir estirando la ventaja de los azules.

Ya en el último cuarto los turcos bajaron los brazos, y los norteamericanos pudieron abrazarse en un Mundial tras 16 años, ya que su último título lo habían logrado en Canadá 1994.