El levantador de pesas colombiano Oscar Figueroa, que ganó la medalla de oro en la categoría de 62 kilos en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, vivió una particular historia previa a la competición, pues debió "eludir" un fallo judicial que le condenó a la cárcel para viajar hasta Brasil.

El primer hombre dorado en la historia del país cafetero, que fue medalla de plata en Londres 2012, nació en una zona antioqueña marcada por el conflicto armado, por lo cual debió abandonar su pueblo.

En enero pasado recibió el implante de dos vértebras tras una escoliosis y en junio fue condenado a 16 meses de prisión.

La historia es la siguiente: Siete años atrás, Figueroa ayudó a un amigo a comprar un auto con crédito, pero la amistad se quebró cuando éste terminó de pagar las cuotas. Por ello, recurrieron a la justicia, donde el nuevo oro olímpico denunció el falso robo del auto, cuestión que posteriormente se comprobó se trataba de una mentira ante un juez.

Por ello en junio de este año el deportista recibió una condena de 16 meses de prisión, con una fianza de un monto cercano a los 230 dólares, además de un período de prueba de dos años para evitar la cárcel.

Este fallo finalmente no impidió al colombiano asistir a Río 2016 y salir del país, ante las gestiones realizadas por el Comité Olímpico y a su ausencia de antecedentes.

Figueroa se convirtió en el tercer colombiano en conseguir medalla de oro olímpica, después de la también pesista María Isabel Urrutia y la ciclista de BMX Mariana Pajón.