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El almanaque mundialero de Aldo: Al Maradona árabe se lo llevó la noche y las mujeres rusas

Revisa el anecdotario que prepara el comentarista de Al Aire Libre con motivo de la Copa del Mundo.

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Por Aldo Schiappacasse

Said Al-Owairan es recordado como el futbolista más talentoso que haya nacido en Arabia Saudita. Fue la figura de la primera participación del conjunto albiverde en   la   Copa   del   Mundo:   Estados Unidos 1994,   cuando   los   asiáticos   avanzaron sorprendentemente a los octavos de final, luego de caer 2-1 ante Holanda, vencer 2-1 a Marruecos y 1-0 a Bélgica, y perder 3-1 ante Suecia.

En aquel torneo, Owairan anotó un extraordinario gol contra los belgas: tomó la pelota en su propia cancha e inició una imparable marcha, en la que eludió a tres rivales. A la salida de Michel Preud’Homme, definió con un remate de derecha por encima del meta. Ese año recibió el premio al Mejor Jugador de Asia.

El zurdo hizo toda su carrera en el club Al-Shabab, de Riyadh, siempre bajo la mirada de la realeza de su país, que no lo dejaba emigrar ni recibir ofertas, a cambio de un generoso sueldo.

Sin embargo, en 1996, en su mejor momento futbolístico, fue detenido y suspendido por haberse escapado a un local nocturno durante una concentración de su club en El Cairo. En el carrete fue sorprendido con unas bellas mujeres rusas y se consideró que contravenía la ley islámica. Se perdió la Copa de Asia y las eliminatorias. Lo autorizaron a volver para Francia 1998, pero ya no era el mismo. Se retiró en 1999, a los 32 años, cuando todo su magnetismo ya había desaparecido.

Alcanzó a jugar 74 partidos y marcar 25 goles por la selección y su anotación frente a los belgas fue, hasta hace una década, top ten entre los mejores anotados en un mundial.

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