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La columna de Manfred Schwager: El reconocimiento que merece

Revisa la opinión del periodista de Al Aire Libre en Cooperativa en torno a la NBA.

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Por Manfred Schwager, @mschwagerv

Los premios de final de temporada suelen dejar heridos en el camino. Jugadores y entrenadores que lamentan el haber sido postergados o excluidos en categorías que –según su opinión– debieron tomarlos en cuenta. Es el caso de Klay Thompson, que esta semana esbozó un reclamo por no ser nominado para el equipo defensivo de la NBA.

En una liga que se ha cargado hacia la versatilidad y a las variantes que pueden entregar a un juego cada vez más centrado en el aro rival, escoger a los mejores defensores es una labor compleja, que requiere de una evaluación probablemente más injusta que en otras categorías.

Que lo diga Draymond Green, también jugador de Golden State que pese a ser el hombre clave en defensa en el título de la temporada 2014-2015 vio cómo Kawhi Leonard se llevó el premio ese año porque sus actuaciones fueron algo más espectaculares que las del primero.

Muchas veces los premios se reducen a la percepción que deja cada aspirante y a la subjetividad de los votantes. Y en el caso de Thompson, el alto rendimiento que entrega en ataque oculta a los ojos de muchos lo completo de su juego en todos los aspectos que requieren los Warriors.

Klay Thompson destaca habitualmente por su inteligencia en ofensiva, ya sea moviendo el balón o buscando quedar libre para lanzar a la canasta. No es el punto focal del ataque de Golden State, pero cuando el juego lo ha requerido, o cuando está en racha, Thompson no tiene problema en aceptar ese rol.

Pero Thompson es mucho más que ataque, y se ha encargado de demostrarlo en el último lustro. Titular inamovible en el cuadro de Steve Kerr, suele tomar la asignación del base o escolta más peligroso del equipo rival, utilizando para ello su velocidad y buen estado de forma y su capacidad de anticipar los movimientos de su marca.

Una labor más bien sutil en el marco general de cada partido, cuyos frutos entienden de primera manos sus compañeros, pero que suele pasar desapercibida para el público. Tampoco ayuda a su caso la presencia del mencionado Green o de Kevin Durant, el primero ya establecido y el segundo con una reputación creciente en términos de aporte en defensa.

Y he ahí el dilema que puede enfrentar Klay Thompson tras este reclamo: seguir haciendo todo lo que realiza bien para Golden State –donde ya suma tres anillos de campeón– , o cambiar su foco y buscar el reconocimiento que merece en otras áreas. Cuestionamiento que también puede estar cruzado por la situación contractual del escolta, cuyo vínculo con los Warriors termina a final de temporada.

Thompson ha dicho en varias ocasiones que es feliz en el equipo y el plantel que integra y que no necesita más. Probablemente su queja se dirige a quienes seleccionan a los jugadores a premiar antes que a sus compañeros de profesión. Pero puede ser un ejercicio interesante el cuestionarse si un cambio de escenario sería útil para abandonar la sombra que lo cubre en la bahía de San Francisco.

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