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La columna de Aldo Schiappacasse: La vida es Bello

Revisa la opinión del comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa.

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Edward Alexander Bello es venezolano, tiene 23 años y juega por Antofagasta. Es parte de la inmigración llanera, aunque en este caso sería injusto -se lo advierto- echarle toda la culpa al gobierno de Maduro. Bello, estoy seguro, debe estar emparentado con don Andrés, otro venezolano que vino a Chile a ejercer de rector, poeta, traductor, filólogo, ensayista, político, diplomático, traductor y, por supuesto, profesor.

También estoy seguro que no tiene nada que ver con Joaquín Edwards Bello, en este caso chileno, aristócrata, periodista y escritor, que bien retrató a la aristocracia chilena, a la cual, por supuesto, pertenecía.

Bello, el venezolano futbolista, nos brindó la gran historia del fin de semana, cuando, tras marcar el primer gol de su equipo, Antofagasta (por estos días la tierra de la inmigración y la reivindicación patria, paradójicamente) corrió a la tribuna del Sausalito para pedirle matrimonio a su novia. Pocas veces se ha visto que la hinchada rival aplauda un gol en contra, pero la gente en la tribuna, pese al fantasma del descenso que acosa a Everton, se veía dichosa y feliz de ser testigo de tan improbable suceso.

Se jugaban dos minutos apenas y quizás por eso el árbitro Gilabert fue permisivo con la ceremonia, que tomó más de lo previsto, obvio. Ni pensar en una amarilla. Bello, de impresionante parecido a "Fredy Turbina", el personaje de 31 minutos que le había sacado las ruedas a su bicicleta y se dice que no dormía, marcó luego otro gol antes de fracturarse el peroné y quedar inhabilitado por el resto de la temporada, lo que nos habla del sentido de la oportunidad: no habría otra opción para pedir una boda dentro de la cancha.

La fecha, para que no se me tilde de farandulero, tuvo otras cosas. Rafael Vaz celebró como león, pero el periodista del CDF creyó que era un perro, lo que podría interpretarse malamente. El Mago Jiménez fue la figura de la jornada, logrando salvar a Palestino que tiene a su presidente, Jorge Uauy postulando al sillón de Quilín. Y Temuco, después de ganarle dos veces a San Lorenzo en la gran gesta provinciana de la temporada, está listo para irse al descenso. Su técnico es Miguel Ponce, que dejó botado el trabajo de las menores de la U para ir al rescate del equipo de su amigo Marcelo Salas, quien ahora, obvio, no puede ni pensar en echarlo.

Cosas del fútbol.

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