Tras caer en los octavos de final ante Rafael Nadal por 6-3 y 6-3, el tenista español David Ferrer se despidió del ATP de Barcelona, el Trofeo "Conde de Godó", y lo hizo desde la pista central del club catalán, un escenario que abandonó entre lágrimas. El ex número 3 del mundo, que se retirará tras el abierto de Madrid, subrayó luego del partido que terminar su carrera perdiendo contra Nadal "es un orgullo", y dejó su cinta del pelo en la arena barcelonesa.