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La columna de Manfred Schwager: Juegan a lo que saben

Revisa la opinión del periodista de Al Aire Libre en Cooperativa en torno a la NBA.

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Desde que Kevin Durant se lesionó ante Houston, Golden State ha logrado cuatro triunfos consecutivos. Sin su jugador más consistente, los Warriors han logrado ingeniárselas para reemplazar exitosamente a su alero estrella.

Gran parte del mérito es del entrenador Steve Kerr. Enfrentado a la ausencia de Durant –que podría volver recién a principios de junio–, decidió volver a las raíces del juego de su equipo, con el que logró el título en 2015.

La idea es simple: mover el balón tanto como sea necesario, hasta encontrar un compañero que esté libre para intentar un lanzamiento o una penetración hacia el aro. Ayudados por la efectividad de los "Splash Brothers", Steph Curry y Klay Thompson, esos Warriors son el símbolo del estilo que hoy impera en la NBA.

Se conoce como pace-and-space, o "ritmo y espacio", y apunta justamente a eso: que las transiciones de defensa a ataque sean rápidas para pillar desprevenido al rival, y que el movimiento del balón sea constante, hasta generar una ventaja que permita conseguir una canasta.

Pese a que no cuenta con Durant, la apuesta de Kerr resulta porque seis de sus jugadores estuvieron en esa primera campaña exitosa con los Warriors, incluyendo a los titulares Curry, Thompson, Draymond Green y Andre Iguodala, y conocen la idea de juego.

Pero también resulta porque Durant, un anotador nato, está acostumbrado a retener el balón y buscar jugadas en uno contra uno, lo que limita el movimiento de sus compañeros y facilita la marca de los rivales. Sin él, los Warriors están obligados a moverse mejor, y sacan partido de un plantel construido para ofrecer esta alternativa.

Con matices, Milwaukee tomó un plan de juego bastante parecido al de Golden State. Los Bucks le entregaron el control a Giannis Antetokounmpo, quien decide si atacar por su cuenta el aro o generar el movimiento de sus compañeros por fuera de la línea de triples.

En Milwaukee hay vía libre para lanzar apenas el balón encuentre a un jugador en buena posición de tiro. Eso es posible justamente gracias al movimiento constante, obligando al rival a equivocarse: si decide poner una doble marca o no responde con rapidez a la rotación del balón, por fuerza va a dejar a alguien libre.

Además, el modelo de los Bucks incluye a Brook Lopez, un pívot que hace tres temporadas comenzó a lanzar triples de forma consistente, con un 35,2 por ciento de efectividad. Lopez ronda el perímetro buscando su oportunidad, lo que arrastra a su oponente lejos del aro y le da más espacio a Antetokounmpo para atacar.

Tanto Golden State como Milwaukee han perfeccionado sus estilos de ataque, basados en el movimiento constante del balón. De igual forma, han aprendido a defender ese tipo de juego, a través de la rotación constante en las marcas y cerrando las líneas de pase que se puedan generar.

A pesar de las bajas ocasionales que puedan sufrir, ambas franquicias juegan a los que saben, y por eso son las grandes candidatas a disputar el título de la NBA en esta temporada.

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