El gobierno británico permitió que el magnate ruso Roman Abramovich inyecte 30 millones de libras (unos 33 millones de euros) a Chelsea, un importe que irá destinado a gastos del día a día para evitar que el club caiga en la ruina.

El movimiento forma parte de las medidas introducidas este miércoles para aliviar la situación de Chelsea, lastrado por las sanciones al oligarca ruso por parte de Downing Street y la Unión Europea.

Con estos 33 millones, Chelsea podrá hacer frente a la elevada suma de salarios que tiene que pagar cada mes y que se sitúa en torno a los 28 millones de libras (30 millones de euros).

Además de este impulso a las arcas del club, Chelsea recibió permiso para poder vender entradas para los partidos de Champions League, FA Cup y encuentros femeninos tanto fuera de casa como en Stamford Bridge.

También podrán vender entradas para los encuentros que se disputen fuera de casa.

Los ingresos de estas ventas no irán al club, sino que se destinarán a entes como la UEFA y la Federación Inglesa, a la espera de que se descongele la situación de Chelsea con una futura venta.