Si el Joan Gamper de 2005 fue la carta de presentación de un tal Lionel Messi, que aquella noche puso en jaque a Juventus con tan solo 18 años, este martes un niño de 16, Lamine Yamal, lideró la remontada de los azulgranas contra Tottenham Hotspur por 4-2, junto a otros futbolistas como Ez Abde, Ansu Fati o Fermin López.

En unos diez últimos minutos de locura, estos cuatro jugadores, acompañados de Ferran Torres y de Ilkay Gündogan remontaron un partido que parecía perdido ante el conjunto inglés.

El doblete de Oliver Skipp en la primera parte como repuesta el temprano gol de Robert Lewandoski se antojaba, por momento, suficiente para que los ingleses se convirtieran en el primer equipo que se llevaba el trofeo en once años (el último fue Sampdoria en 2012).

Cuando Xavi empezó a dar entrada a la segunda unidad pasada la hora de juego para dar descanso a los teóricos titulares, todo cambió.

En la recta final apareció Lamine para regalar con el exterior el empate a Ferran Torres tras un ataque por la derecha y luego aportó con un quiebre de cintura en la jugada del 3-2 que Ansu definió de forma magistral.

Abde, ya en el añadido, hizo el cuarto después de que Fermín, en jugada personal, le asistiera desde la línea de fondo para sellar la victoria en el primer partido del exilio en el Lluís Companys, donde una afición desubicada, que apenas superó la media entrada, pasó de la lánguida resignación al delirio más extremo gracias a la irrupción del baby Barça y su energía contagiosa.