El artillero brasileño Romario, de 41 años, marcó este domingo a través de un lanzamiento penal el gol número 1.000 de su carrera profesional, en un partido de la segunda fecha del Campeonato Brasileño que su equipo, Vasco da Gama, disputó contra Sport Club de Recife y que ganó por 3-1 en duelo de la segunda fecha.

 

Romario logró su gol al comienzo del segundo tiempo, con un bien ejecutado tiro desde los 12 pasos (tal como Pelé consiguió sus 1.000 goles en 1969) y el partido fue suspendido momentáneamente para rendir honores al delantero, que se convierte en el segundo jugador profesional en alcanzar la marca de 1.000 goles después de Pelé.

 

Rápidamente el Estadio Sao Januario de Río de Janeiro se transformó en una fiesta y los hinchas del elenco carioca celebraron con todo la milésima diana del ex seleccionado brasileño, quien tomó el micrófono y se dirigió a la torcida.

 

"Doy gracias a Dios del cielo", dijo Romario tras agradecer entre lágrimas también la oportunidad de jugar para marcar el tanto histórico.

 

Romario en medio de un enjambre de periodistas y amigos abrazó a sus hijos pequeños y a su madre, quien fue la encargada de entregarle una camiseta especialmente diseñada para el momento.

 

"Engordé y adelgacé a lo largo de mi carrera. Algunos decían que siguiera, otros que tenía que parar. Pero era consciente de mi objetivo. Cuando vi que podía llegar a esa marca cambié de idea. Gracias a todos", agregó.

 

Además, el balón con el que el delantero logró el gol 1.000 quedó en manos de Romarito, uno de sus hijos pequeños y poco después el jugador posó para las cámaras intentando contener las lágrimas en medio de un homenaje organizado por la directiva del Vasco da Gama.

 

Antes de que se reanudara el encuentro, Romario dio la vuelta olímpica acompañado por aficionados, familiares y amigos.

 

"Esto es histórico para mi y para el fútbol mundial. Luché mucho, cuando vi que podía ocurrir comencé a dedicarme para alcanzar esa marca. No hay nada mejor que hacer una cosa que uno ama y cerrar con llave de oro", dijo el goleador segundos antes de reanudarse el partido.

 

El brasileño también dejó abierta la posibilidad de retirarse, aunque mantuvo la incógnita. "No voy a parar hoy, pero si tuviera que hacerlo, pararía feliz", dijo el artillero.

 

"Es complicado parar. Pero hay pensar que de aquí en adelante debo acostumbrarme a eso, pues va a ocurrir naturalmente", añadió Romario un poco más sereno después de haber llorado de emoción en medio del homenaje que su equipo y el público le dispensaron tras marcar.

 

El ya legendario jugador salió a los 85 minutos en reemplazo de Allan Kardec y volvió a hablar, agregando que no pretende dejar el fútbol aún.

 

Para la anécdota quedaron los goles de André Dias (3' y 37'), quien cimentó el triunfo de Vasco da Gama. El descuento llegó a los 82' a través de Luciano Henrique. (Agencias)