Con el sabor amargo de retirarse del Mundial de Alemania 2006 tras un penal convertido por Italia a los 92 minutos de juego, el técnico holandés de Australia, Guus Hiddink, comentó su decepción por haber caído con un polémico cobro arbitral.

"Estamos decepcionados, no fue penal. Lo tuvimos muy cerca y si el partido hubiera llegado a la prórroga, como esperábamos, nuestras opciones de victoria hubieran aumentado", afirmó el entrenador que eliminó a los italianos en el Mundial de 2002 en la fase de octavos de final cuando dirigía a Corea del Sur.

Hiddink manifestó que su equipo demostró su potencial incluso cuando Italia jugó con once jugadores y aclaró que "tenemos que estar orgullosos. Cuando Materazzi estaba en el campo controlamos el partido durante muchas fases y cuando ellos jugaron con diez, entonces el dominio nuestro ha sido absoluto", añadió.

Lo único negativo, según el seleccionador australiano, es que a pesar del dominio ejercido, su equipo no dispuso de claras ocasiones de gol, tan sólo dos acciones de Chipperfield, bien resueltas por el meta Gianluigi Buffon.

"Creo que todos los australianos deben estar orgullosos de su equipo. Provocamos una buena impresión", indicó el técnico, quien admitió que, "sin querer ser arrogante, sabía de sus posibilidades de Australia en este Mundial".

Hiddink no quiso referirse a su próximo proyecto deportivo: dirigir a la selección de Rusia.

"Ahora no es el momento de hablar, ya lo concretaré todo tras el Mundial", comentó el holandés, quien con vistas al futuro considera que la Federación Australiana de Fútbol debe plantearse una renovación en el equipo con vistas al reto de Sudáfrica 2010. (EFE)