Por José Antonio Prieto, @TPrietoRadio

Jugar mal y perder por goleada ante Perú es impopular desde todo punto de vista. Reinaldo Rueda lo sabe y lo expresa en la selección chilena.

Su proceso está plagado de acciones que van en contra de las grandes luces de la última década: La de un equipo poderoso que se plantaba de igual a igual ante todos con éxito; con futbolistas en plenitud que jugaban de titulares en los principales clubes del mundo; que además ganaban títulos y rompían récords.

El entrenador colombiano ha tenido que jugar en contra de todo lo anterior, más la decisión de proyectar jugadores jóvenes, que aún no rinden; cambiar de posición a algunos históricos; dejar a otros fuera de la Roja, conflictos internos y una propuesta de juego que aún no se consolida.

Rueda es consciente que su apuesta es muy riesgosa. El medio ya comienza a poner presión. Los hinchas no están preparados para una larga espera con actuaciones de bajo nivel.

Y lo único que le dará oxígeno a Rueda será su convicción, que necesita de respuestas urgentes en la cancha.