Gustavo Huerta, técnico de Cobresal, conversó con el panel de Al Aire Libre en Cooperativa sobre la decisión del club de parar las prácticas que habían reanudado en El Salvador, y sostuvo que ocurrió porque "se hizo público y empezaron las presiones".

"Cuando se hizo público, las presiones aumentaron, aunque las autoridades de salud ratificaron la forma en que iniciamos los trabajos. Pero las presiones obligaron a que el club, con el Seremi (de Salud de Atacama), en definitiva suspendiera los entrenamientos desde este viernes", contó Huerta.

El entrenador explicó que llevaban dos semanas trabajando sin problemas y cumpliendo con todas las normativas impuestas por las autoridades para evitar contagios por coronavirus, e incluso los jugadores tenían permiso del Sifup para trabajar en grupos de cinco, en horarios diferentes.

"Pero lamentablemente esto se hizo público, empezaron las presiones a todo nivel y concluímos, que lo mejor, para bajar lo decibeles contra el club y las autoridades de la zona, era parar", reiteró.

Huerta lamentó la medida, ya que sostuvo que la división Codelco en el campamento minero había tomado los resguardos necesarios para evitar la propagación del Covid-19, y esa "tranquilidad" era la única ventaja que disponía Cobresal para retomar las prácticas.

Por último, apuntó que los equipos necesitarán por lo mínimo 30 días de pretemporada antes de reanudar los partidos, debido a las repercusiones físicas que tendrá el extenso receso.

"Por eso optamos por entrenar tres días a la semana en cancha, porque dentro de las desventajas que tenemos, estamos lejos de todos lados. Habrán mucho partidos a mitad de semana y los viajes para nosotros son matadores. Tendremos una repercusión física que nos costará al final del campeonato, el club no se sale del presupuesto y nuestro mayor deseo es quedarnos en la división", concluyó.