El defensor brasileño Marcinho, que terminó en 2020 su contrato con Botafogo, admitió este lunes a la Policía que él conducía el automóvil que el 30 de diciembre causó la muerte a una de las dos personas que atropelló en Río de Janeiro.

El lateral de 24 años, su padre y un abogado comparecieron este lunes en una comisaría del barrio carioca donde ocurrió la tragedia.

Marcinho, quien tras arrollar a una pareja se dio a la fuga, reconoció que conducía el automóvil de su padre.

El futbolista atropelló a Alexandre Silva de Lima, de 44 años y quien murió en el lugar del accidente, y a María Cristina José Soares, de 56, quien está internada con varias fracturas.

De acuerdo con el abogado, Marcinho huyó del lugar por miedo a ser linchado por las personas que comenzaron a aglomerarse en una avenida próxima a la playa.

El automóvil fue abandonado a 600 metros del local donde ocurrió el accidente y el jugador solo se presentó ante las autoridades este lunes, cinco días después del suceso.

El automóvil está a nombre de una empresa de Sergio Lemos de Oliveira, padre del jugador, quien divulgó un comunicado en el que alegaba que estaba prestando ayuda a la familia de las víctimas, pero en ningún momento comentó que era él quien conducía el vehículo.

El jefe policial Alan Luxardo dijo a periodistas que el jugador dijo que conducía el automóvil a 60 kilómetros por hora y que no estaba alcoholizado.

Luxardo apuntó también que Marcinho alegó que la pareja no cruzó la avenida por la franja peatonal.

La mujer que sobrevivió y otros testigos oculares de los hechos deberán ser escuchados en los próximos días por los investigadores.