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La columna de Leonardo Burgueño: Sarri, el nuevo objeto de culto del fútbol

El comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa repasa la historia y logros del técnico de Chelsea.

La columna de Leonardo Burgueño: Sarri, el nuevo objeto de culto del fútbol
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Por Leonardo Burgueño, @LeoBurgueno. Fotos: EFE

"Elegí como profesión lo que hubiera hecho gratis. He jugado, pero sobre todo he entrenado toda la vida. No estoy acá por casualidad. Algunos me llaman despectivamente 'el empleado', como si hubiera sido un error trabajar de otra cosa en algún momento de mi vida". La frase le corresponde a Maurizio Sarri y la dijo en noviembre de 2014 cuando ya dirigía a Napoli.

Nunca fue futbolista profesional y mientras desarrollaba su carrera amateur, trabajaba en la Banca de Toscana, donde fue asignado en Florencia, Inglaterra, Suiza, Alemania y Luxemburgo.

Hoy es entrenador de Chelsea y objeto de culto en el fútbol mundial.

Mister 33

Mientras Italia vivía el furor del Mundial 90, Sarri comenzaba su carrera de técnico con 31 años en Stia, un equipo amateur del Calcio.

Su vida como DT empezaba a desarrollarse, pero recién en el nuevo siglo tomó impulso, especialmente cuando le empiezan a decir "Mister 33".

El apodo respondía a los 33 jugadas que tenía para las pelotas detenidas cuando estaba a cargo de Sansovino, un club que llevó hasta la C2 (cuarta división).

"Nosotros teníamos ese abanico de posibilidades, pero usábamos 4 o 5", diría más tarde.

Su nombre empezó a sonar con más fuerza en las categorías del ascenso, incluso en 2006 reemplazó a Antonio Conte en Arezzo.

Ese mismo año hizo la tesis para su diploma de entrenador en Coverciano que se titulaba: "La preparación semanal de un partido".

Su explosión en Italia se concretó con Empoli, donde firmó en 2012 y dos años más tarde llegó a la Serie A.

La base de su pensamiento

Su salto al primer mundo lo da en 2015 cuando lo contrata Napoli.

Su pensamiento futbolístico tiene una idea clara: defensa de cuatro con presión alta para dejar en off side al rival; mucha triangulación en todos los sectores de la cancha como distracción para atacar por el lado opuesto; un volante central con buen pie para iniciar las jugadas y el juego de posesión y posición para desenvolverse en ofensiva.

Su propuesta casi le amarga el heptacampeonato a Juventus en 2018.

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Pero tenía un nuevo desafío en mente: Chelsea y, justamente, para reemplazar a Conte. Lo mismo que había pasado hacía 12 años cuando ambos estaban "aprendiendo a caminar" como técnicos.

El dueño del club, Roman Abramovich, quería darle una identidad al equipo, como la que admiraba del Barcelona de Guardiola y como no pudo nunca convencer al catalán se fijó en alguien que tenga su perfil. Y Sarri encaja en ese ideal del magnate ruso.

El triunfo del domingo ante el Newcastle de Rafa Benítez (al que Sarri reemplazó en Napoli) entregaron estadísticas contundentes: 80,1 por ciento posesión de balón de Chelsea (según cifras de la Premier League); 913 pases (contra 200 del rival); 15 disparos (contra 6); aunque el resultado final fue sólo 2-1 y con un gol a falta de tres minutos.

Este es Sarri. Un hombre que tiene el 4-3-3 como bandera. Un adiestrador que finalizó con las concentraciones de Chelsea de local (como lo hace Barcelona). Un DT que logró convencer a N'Golo Kanté que le iba a rendir más como interior derecho que como volante central porque en esa posición traía a Jorginho, que le entregaba un buen inicio de jugada.

Este es "Mister 33", el nuevo objeto de culto del fútbol mundial.