Por Héctor Uribe Delgado

 

Emmanuel Ginóbili comandará a Argentina en el intento de una nueva hazaña. (Foto archivo: EFE)

A partir de este 19 de agosto, los hinchas de los cestos, las pelotas anaranjadas, los clavados y los triples tendrán su propia fiesta cuando en Japón comience el 15º Campeonato Mundial de Baloncesto con la participación de 24 selecciones provenientes de los cinco continentes.

 

Con la disolución de Yugoslavia, el nombre del campeón vigente pasó a ser Serbia y Montenegro, elenco que heredó el palmarés de todo el baloncesto balcánico, que incluye cinco campeonatos mundiales y un oro olímpico. Sin embargo, para el elenco europeo será su última participación como tal luego de la separación de las naciones, por lo que un título en canchas niponas podría ser un buen corolario para su historia deportiva.

 

Pero más allá de la defensa que haga el elenco serbio montenegrino en Japón, este Mundial puede ser el término definitivo del imperio de Estados Unidos en el baloncesto mundial. Mientras la NBA se repleta de jugadores de otros países, los cesteros por todo el mundo ya le han faltado el respeto a los jugadores norteamericanos en las diversas competencias a nivel de seleección.

 

Ejemplos sobran. Además de la ex Yugoslavia, surgen como favoritos España, Francia, Alemania y por supuesto el campeón olímpico, Argentina, que en Indianápolis 2002 perdieron ante la extinta república balcánica en la final.

 

Ahora la misión de los trasandinos es más exigente. Se les pide luchar por la corona y más si tienen a cuatro jugadores en la NBA y otros tantos que se codean en las mejores ligas europeas y de paso cuentan con el aval de triunfar en Atenas.

 

El alemán Dirk Nowitzki encabeza a Alemania, un equipo en constante crecimiento. (Foto archivo: EFE)

El equipo liderado por Emmanuel Ginóbili jugará en el Grupo A junto a las abordables selecciones de Nigeria y Líbano, y los complicados equipos de Francia, Venezuela y Serbia y Montenegro.

 

Para el elenco del técnico Sergio Hernández la clasificación es un prácticamente un hecho (acceden los cuatro mejores de cada serie). Sin embargo, en fase posteriores un cruce ante Estados Unidos u otro potente equipo puede ser el fin de la generación más gloriosa del baloncesto sudamericano, que en su mayoría ya ronda los 30 años.

 

Argentina, no obstante, apuesta alto y quiere la revancha de lo ocurrido en Indianápolis hace cuatro años. Habrá que ver como Ginóbili y sus compañeros lucen en las tierras del "Sol Naciente".

 

Estados Unidos quiere recuperar la hegemonía

 

Cuando hace dos décadas el baloncesto de Estados Unidos apeló al mítico Dream Team para jugar los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 se pensó en la total hegemonía de los jugadores de la NBA en las competiciones internacionales.

 

Pero el baloncesto estadounidense abrió sus puertas al mundo y dejó que todos crecieran a costa de la NBA y de las ligas universitarias. Ahí se acabó la superioridad total de los norteamericanos, pues los jugadores del orbe entraron por doquier y llevaron su aprendizaje por el mundo. Casos sobran y muchos estarán en Japón: Ginóbili, el chino Yao Ming, el alemán Dirk Nowitzki y el brasileño Anderson Barejao, entre otros.

 

Yao Ming tendrá la misión de mostrar todo lo aprendido en la NBA. (Foto archivo: EFE)

La humillación sufrida en Indianápolis (terminaron sextos jugando con un equipo NBA) y la mediocre presentación realizada en Atenas (terceros, con una pálida actuación) obligó a los directivos de US Basketball a cambiar el enfoque de sus equipos nacionales.

 

Al mando del combinado pusieron a Mike Krzyzewski, uno de los técnicos más exitosos de la NCAA (la liga universitaria), y aunque afuera del plantel quedaron Allen Iverson, Kevin Garnett, Shaquille O'Neal, Shawn Marion, Amare Stoudamire y Jason Kidd, el conjunto basa su potencial en quienes sí acudieron al llamado de representar al país.

 

LeBron James, Dwayne Wade y Carmelo Anthony, son tres jóvenes que pueden devolverle la hegemonía al país creador de este deporte. Uno que estuvo a punto de integrar el equipo fue Kobe Bryant, pero el escolta de Los Angeles Lakers quedó marginado por una rebelde lesión.

 

En este Mundial hay más cosas a destacar: la presencia de los anfitriones, Japón, después de su única participación mundialista en

Atenas'98; la reivindicativa posición de la selección de Líbano, un equipo decidido a demostrar que los libaneses no se rinden ante los obstáculos; la ambición por el oro de muchas más naciones que nunca; y, también, la posibilidad de presenciar al mejor baloncesto del mundo hasta el 3 de septiembre. (Cooperativa.cl)