Además del portero de Inter de Milán Julio César, otros futbolistas brasileños, entre ellos el veterano Romario, también serán citados por la policía de Río de Janeiro para que expliquen sus supuestos vínculos con narcotraficantes.

 

Julio César y el mediocampista Jorginho, titular de la selección brasileña de fútbol playa, ya fueron llamados a dar explicaciones debido a que la policía interceptó comunicaciones telefónicas en las que los jugadores conversan con el narcotraficante Erismar Rodrigues Moreira, informó este martes la prensa local.

 

Rodrigues, conocido como "Bem te ví", es considerado el jefe de la banda que controla el comercio de drogas en la favela de Rocinha, el mayor barrio pobre de Río de Janeiro.

 

Romario, en cambio, tendrá que explicar por qué su nombre es mencionado en una conversación entre dos narcotraficantes.

 

En el diálogo, uno de los interlocutores afirma que entregó unos fusiles en la residencia de Rodrigues y que en la misma se celebraba una fiesta que contaba con la presencia de Romario y de varias mujeres.

 

"Queremos saber si Romario vio esas armas. También queremos saber qué estaba haciendo Romario en esa fiesta", afirmó el jefe de la policía civil de Río de Janeiro, delegado Alvaro Lins, en declaraciones al diario O Día.

 

Lins aclaró que todos los futbolistas citados serán interrogados en calidad de testigos debido a que no cometieron ningún crimen.

 

El comisario, sin embargo, advirtió que es "reprobable" que figuras que son consideradas ídolos para muchos tengan relaciones con comerciantes de drogas.

 

La policía también descubrió que el probable contacto entre los jugadores y Rodrigues era un ex cuñado de Romario, actual jugador de Vasco da Gama, y campeón mundial con la selección brasileña en 1994.

 

Los investigadores también quieren establecer la identidad del seleccionado brasileño que le habría regalado al narcotraficante varios juegos de uniformes oficiales del combinado verdeamarillo.

 

El arquero Julio César, actualmente suplente del equipo nacional de Brasil y hasta el año pasado meta de Flamengo, fue el primero en manifestarse sobre sus conversaciones con Rodrigues, en las que se queja de los asaltos ocurridos en inmediaciones de la favela Rocinha.

 

El portero admitió que conoce al delincuente, pero negó ser su amigo, y aclaró que sus relaciones fueron intermediadas por una persona a la que sólo identificó como Marcelo y que sería el ex

cuñado de Romario. (EFE)