Buscando su octava final mundialista como local, Alemania intenta matar en Dortmund su "historia negra" ante Italia en una semifinal de máxima tensión, que ya entró en el alargue tras 90 minutos sin goles y un frenético ritmo.

 

Alemania nunca le ha ganado a Italia en un Mundial, con dos empates y dos derrotas en cuatro enfrentamientos, y el planteamiento táctico de los peninsulares es un dolor de cabeza histórico para los germanos.

 

El último encuentro -amistoso- entre las dos selecciones, el 2 de marzo pasado, se saldó con una goleada por 4-1 a favor de Italia, pero ambos conjuntos llamaron a olvidar el antecedente.

 

"Aquello fue otro partido, sería ridículo compararlo con la semifinal de un Mundial", apuntó en la previa el delantero italiano Luca Toni, autor de dos goles en aquella ocasión.

 

Además, el sufrido paso ante Argentina (1-1 y 4-2 en los penales), le dio a los locales otro problema: la sanción de un partido (y un segundo en suspenso) al volante Torsten Frings, por agresión sobre Julio Cruz.

 

Klinsmann decidió hacer ingresar a Sebastian Kehl y Tim Borowski para el choque, mientras que el otro damnificado fue Bastian Schweinsteiger.

 

En Italia, el central Alessandro Nesta vuelve a ser baja por un problema de abductores y es reemplazado por Marco Materazzi, quien cumplió su sanción tras ser expulsado en octavos de final ante Australia. (EFE/ Cooperativa.cl)