Un paseo. Eso fue lo que hizo Serena Williams (1ª WTA) con la rusa Vera Zvonareva (21ª) en la final de Wimbledon, puesto que venció por un contundente 6-3 y 6-2, y con ello conquistó su cuarto trofeo en la catedral del tenis.

El compromiso comenzó apretado en la primera manga, debido a que ninguna de las tenistas cedía con su juego de saque, lo cual terminó en el octavo juego cuando la número uno del mundo aprovechó las opciones que le dio la moscovita y se puso en ventaja.

 

Williams celebró una vez más en el pasto inglés. (Foto: EFE)

Luego de ello sacó como toda la tarde en el césped inglés, y en 34 minutos de juego se llevó el primer parcial por 6-3.

El segundo parcial fue un monólogo de la norteamericana, debido a que rompió en dos ocasiones el saque de la europea, motivado por sus potentes golpes desde el fondo de la cancha, y su frialdad para definir los puntos en la red.

Serena Williams en una hora y cinco minutos sumó un nuevo trofeo a su palmarés, logrando de esta manera su campeonato 37 de su carrera.