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Prensa y Armada comparten mar chilote durante la Regata 2008

"Contramaestre Micalvi" se llama la nave que traslada y acoge a los periodistas en el evento náutico más importante del verano. Estas son parte de las anécdotas que se viven a bordo de un patrullero naval.

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Por Sebastián Vega, enviado especial a Chiloé.

 

Ducha rápida en la mañana, con sólo media hora de agua caliente y las ocho en punto comienza el desayuno. Los marinos están despiertos más tempranos que de costumbre debido a los visitantes, preparados de antemano para un nuevo día de regata.

 

Es que periodistas, reporteros gráficos y camarógrafos llegaron para instalarse más de una semana en el PSG "Micalvi", un buque de la Armada de Chile que pesa 530 toneladas y que navega por las frías aguas de Chiloé como si fueran su propia casa.

 

En esta nave la prensa "ranchea" (comer en jerga naval), duerme y se mueve siguiendo de cerca a las 61 embarcaciones que compiten en la regata sureña.

 

Aquí las visitas son atendidas de manera notable, con un trato deferente que resulta particularmente agradable, aunque las férreas reglas las ponen los dueños de casa y deben respetarse en todo momento.

 

Se puede estar en proa, popa, babor o estribor, pero si uno de los invitados no se presenta a almorzar en el horario pactado pierde y se queda 'abajo de la mesa'. Otra cosa es si cumples, pues probarás la mano del chef del "Micalvi", Nelson Parra, sin duda unos de los más queridos de la tripulación.

 

Navegando a una velocidad máxima de 16 nudos en pleno archipiélago chilote, comienza a caer la tarde mientras conversamos con el subteniente Juan Araya, quien nos explica que el buque lleva ese nombre en honor al contramaestre Micalvi, marino que participó en la Guerra del Pacífico arriba de la "Esmeralda".

 

La etapa de la carrera ya terminó y viene el desembarco. La tarea ahora será encontrar un cibercafé para el despacho del día, ya que pronto cae la noche a bordo del PSG Micalvi. (Cooperativa.cl)