Un quiebre en el primer juego del primer set pronosticó lo que se le venía al chileno: un jugador norteamericano en mucho mejor estado de forma basado en su tremendo ranking mundial que aplicó la fórmula que lo ha situado en un lugar privilegiado en la competencia.

A ratos, el norteamericano tuvo algún grado de misericordia ante el mejor tenista chileno de la historia, pero nunca cejó en su intento de ganar aunque fuese un simple partido de exhibición.

Dando pruebas sobradas de su potente servicio, el oriundo de Nebraska no pasó mayores apremios para adjudicarse la primera manga ante el de Vitacura, quien igualmente consiguió algunos puntos que deleitaron a la fiel afición que lo acompañó en este colosal desafío.

El inicio de la segunda manga tuvo un trámite mucho más parejo, porque Ríos comenzó a conectar mejores golpes gracias a su zurda privilegiada y, a decir verdad, Roddick también sacó el pie del acelerador para que el duelo entrase en una fase más equiparada.

Precisamente en estos pasajes del segundo parcial se suscitaron los instantes de cota más alta de emoción, con un Ríos que por algún momento hizo recordar sus mejores tiempos en el circuito aunque todo esto, claro, facilitado por el estadounidense.

La tensión sólo se mantuvo hasta el noveno game, momento en que el número seis del orbe rompió el servicio del chileno con un punto muy controvertido y quedó a tiro de cañón para servir y llevarse el pleito.