Antes del Mundial sub 17, Julio Enrique Gómez González sólo era conocido por algunos círculos ligados al fútbol joven de México, pero después del torneo, pasó a ser todo un fenómeno en las redes sociales, e incluso en su país ya le dicen "El Niño Héroe".

Fue durante la semifinal contra Alemania en que este mediocampista terminó por conquistar el corazón de la afición azteca, eso después de anotarle dos goles a los teutones, el segundo de los cuales fue con una "chilena" perfecta. Su celebración con la cabeza vendada -producto de un violento choque con el germano Samed Yesil- se transformó en la portada principal de todos los diarios del país.

"Siempre he sido un chavo muy humilde, mis padres desde pequeño me enseñaron a tener humildad ante todo, y eso nunca va a cambiar en mí. Yo soy Julio Gómez, un futbolista como cualquier otro y la fama no me va a hacer cambiar. Mis papás me enseñaron que la humildad es la base del éxito", declaró a Record.com.mx el jugador oriundo del estado de Tamaulipas.

Por ahora, el aguerrido volante deberá retornar al club dueño de su pase, el Pachuca. Pese a que ya se comenta que muchos elencos europeos habrían preguntado por el flamante Balón de Oro del Mundial sub 17, él aseguró que le gustaría quedarse en dicho club por algún tiempo más: "No sé si me quedo en Pachuca o no, pero yo no solo juego por el dinero, sino que también por amor a la camiseta".