"No sé por qué se retira la gente cuando se retira; pero eso, de momento, no pasa por mi cabeza. Y una cosa tengo muy clara: amo pilotar", explicó a principios de agosto Lewis Hamilton tras firmar la octava de sus diez victorias del año.

Este domingo, el inglés culminó su última obra al acabar segundo el Gran Premio de Estados Unidos, en el Circuito de las Américas de Austin (Texas), donde ganó su compañero finlandés Valtteri Bottas.

Hamilton se proclamó por sexta vez campeón del mundo de Fórmula 1, rebasó al argentino Juan Manuel Fangio, el primer pentacampeón de la historia -al que había igualado el año pasado- y ya apunta al récord del alemán Michael Schumacher, el único que ganó siete Mundiales.

Nacido el 7 de enero de 1985 en Stevenage (Inglaterra), Hamilton no se llama Lewis Carl por casualidad. Fue bautizado así en honor al estadounidense Carl Lewis, el ídolo de su padre, Anthony -hijo de emigrantes de la caribeña isla de Granada al Reino Unido -, y que unos meses antes de su nacimiento se había proclamado cuádruple campeón olímpico en Los Angeles '84, antes de ganar otros cinco oros más, entre los Juegos de Seúl '88, Barcelona '92 y Atlanta '96.

Hace justo una semana se había quedado a sólo cuatro puntos de resolver matemáticamente, de nuevo en Ciudad de México, un certamen en el que este domingo no desaprovechó su segunda 'bola de torneo'.

Este domingo, a falta de dos pruebas para el cierre del Mundial  superó los cinco títulos de Fangio y se situó ya a sólo una corona de Schumacher, cuyos récords aún parecían estratosféricos hace apenas hace un par de años.

El de 'poles', que el 'Kaiser' había dejado en 68 y que mejoró hace dos años en Monza (Italia), lo ha elevado entretanto a 87. Y si mantiene su línea, el año que viene no sólo podrá igualar los siete títulos del 'Kaiser', sino superar incluso, sus 91 victorias.