El egipcio Mohamed Salah fue elegido el mejor jugador del Mundial de Clubes, en el que su equipo, Liverpool, se proclamó campeón al vencer en la final a Flamengo.

Salah arrancó como titular en los dos partidos disputados por el equipo que dirige el alemán Jurgen Klopp, y en la final fue reemplazado en los descuentos del segundo periodo de la prórroga por el suizo Xherdan Shaqiri.

El egipcio releva en el palmarés al galés Gareth Bale, que que fue considerado el mejor del torneo disputado el pasado año y en el que logró su tercer título con Real Madrid.

El Balón de Plata fue para Bruno Henrique, jugador del "Mengao", que cuajó una magnífica final, y el de bronce para el también brasileño Carlos Eduardo, del Al Hilal saudí.

El premio al Juego Limpio fue para el Esperance de Túnez, campeón africano que compitió en el certamen.