El partido de la segunda ronda de la Copa de la Liga inglesa -popularmente conocida como "Carling Cup"- entre West Ham United, equipo del chileno Luis Jiménez, y Millwall fue epicentro de disturbios provocados por hinchas de ambos elencos.

Durante el encuentro, simpatizantes de ambos cuadros ingresaron al terreno de juego y además se enfrentaron con la policía en las afueras del recinto, generando tumultos y temor entre el resto del público presente.

No faltaron los gritos, insultos y las botellas voladoras, en el brote de violencia que se desató en el estadio de Upton Park, y que obviamente levantó la alarma de las autoridades, ante el temor de una reparación del fenómeno "hooligan" en este deporte.

 

La federación inglesa advirtió que los implicados en los disturbios se les sancionará "de por vida".

"Cualquiera que piense que el vandalismo tiene algún tipo de cabida en el fútbol moderno sigue viviendo en la época de las cavernas", señaló el ministro del Interior británico, Alan Johnson, quien tildó de "vergonzoso" el incidente.

Los enfrentamientos dejaron varios heridos, entre ellos un hombre de 44 años con una herida de puñal en el pecho que se encuentra en condición "estable".

El consejero delegado de West Ham United, Scott Duxbury, lanzó un mensaje tranquilizador en el que insistía en que éste es un equipo "familiar", asegurando que asegura que todas las personas relacionadas con el club están "en estado de shock y destrozados por lo sucedido".

La Federación de Fútbol Inglesa (FA) condenó los hechos y advirtió a todos los implicados en los disturbios que se les sancionará "de por vida".

Por su parte, el club Millwall se comprometió a colaborar para identificar a los culpables.

Ambos clubes cuentan con un nutrido historial de rivalidad a lo largo de las décadas, lo que ha motivado, incluso, que los grupos de "hooligans" (hinchas violentos) de los dos equipos hayan dado material incluso, para guiones de películas en los últimos años (como "Green Street "o "The Football Factory").