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Jacob Barraza y su experiencia en la catástrofe del norte: Lo que vi me superó

El ex arquero estaba atrapado en Diego de Almagro.

Jacob Barraza y su experiencia en la catástrofe del norte: Lo que vi me superó

Barraza, parado al medio, fue declarado desaparecido en medio del desastre del norte.

Llévatelo:

El ex arquero de Regional Atacama y Deportes Antofagasta Jacob Barraza fue una de las 19 personas que fue declarada desaparecida el 26 de marzo debido a la catástrofe que afectó al norte del país, pero él estaba atrapado en la localidad de Diego de Almagro.

"Yo soy fuerte, pero lo que vi me superó. Me nombran Diego de Almagro y me quiebro por todo lo que uno sufrió", dijo Barraza en entrevista con El Mercurio.

"Ibamos subiendo desde Copiapó. Eramos 13 personas del turno las que viajábamos en un bus ese martes, cuando el auxiliar nos dice que el vehículo no puede seguir, porque se estaba desmoronando el puente de Llanta. No se podían hacer responsables, así que nos dejaron en Almagro. Informamos a la empresa, que nos consiguió una residencial. Eran las 10 de la noche", continuó su relato el ex deportista.

"Nunca había visto caer tanta agua en menos de 10 minutos. Nos fuimos a acostar y nos levantamos a las 8 de la mañana a desayunar. Las calles eran ríos de 20 centímetros. Después salimos, pero las calles tenían un metro de agua por todos lados", añadió.

Contó como vieron "camionetas que se fueron arrastradas por el caudal. A las cinco de la tarde alguien nos grita que tenemos que salir corriendo de la residencial, porque se venía el río por el otro lado y que quedaríamos atrapados. Dejamos el equipaje botado y arrancamos".

Luego, cuando habían encontrado un refugio, aseguró que "nos pidieron que desalojáramos, porque venía una cantidad enorme de familias que estaban aisladas en un islote. Fue impactante como entraban buscando a gritos a sus familiares".

"Salimos y fue terrible ver tanta gente paralizada. Un bombero, que debió tener 16 años, trató de salvar a un niño y se lo llevó la corriente. Fue doloroso, era un muchachito y no pudo salir, por el barro que lo atrapó", prosiguió.

Con su grupo caminaron 32 kilómetros en medio del barro y el desastre "porque llevabámos tres días sin comer y estábamos desesperados. Conversamos y llegamos a la conclusion de que teníamos que salir sí o sí".

"Con lo poco que quedaba compramos pan y agua, y a las 7 de la mañana nos oríamos caminando por donde se pudiera hasta Inca de Oro. Allí tomaríamos un vehículo hasta Copiapó. Salimos el viernes pasado, antes de que aclarara", señaló.

Tras cruzar "el río que bajo de Llanta, que eran varios ríos a esa altura, con el agua hasta las rodillas (muchas veces sin zapatos), el caudal principal tenía dos metros, pero por suerte encontramos una pasarela. Ahí llegamos todos embarrados. Vimos toda la fuerza de la naturaleza, no había caminos y seguíamos po donde podíamos. Cuando alguien se retrasaba, lo esperábamos".

Se enteró que lo habían declarado como desaparecido "cuando llegué a Camino Internacional, cerca de las 12:30 de ese viernes. Ahí pude hablar con mi señora por teléfono. Me llamó llorando, mi hija mayor también. Quería estar con mi hija chica. En las noches miraba las estrellas y pensaba en mi familia. Lo lloramos todo con mi mujer, yo quedé mal por haber visto gente tantos días sin comer. Muchos lo perdieron todo".

Luego, tras pagar 80 mil pesos a alguien para que los trasladara a Copiapó, dijo que "el trayecto fue terrible, nunca pensamos en la magnitud de los daños. Pasamos por Tierra Amarilla y era barro, solo eso. Al llegar a la ciudad, que estaba colapsada, debí caminar ocho cuadras más de barro, hasta llegar a mi casa, abrazar a mi vieja, darle un beso a mi hija menor y hablar con la mayor en La Serena, buscándome".