El técnico de AS Roma José Mourinho terminó indignado la final de Europa League que su equipo perdió por penales con Sevilla y le lanzó duros insultos al árbitro central, Anthony Taylor, en los estacionamientos del Puskas Arena.

“Es una maldita vergüenza”, lanzó el entrenador, ofuscado por el resultado y molesto por algunas de sus decisiones.

El jefe de árbitros de la UEFA, Roberto Rosetti, trató de tranquilizar al luso, quien insistió en su molestia.

Revisa las imágenes captadas por Sportitalia.