Bastián Orellana, jugador sub 20 de Universidad de Chile, se refirió al robo que sufrió la mañana del jueves, mientras esperaba que abrieran el portón para ingresar al Centro Deportivo Azul.

“Gracias a Dios no fue nada grave. Uno se pone a pensar la situación y claramente podrían haber pasado cosas mucho peores“, dijo en conversación con el diario Las Últimas Noticias.

No queda más que dar las gracias por poder estar hablando ahora y que no sea mi madre la que tenga que estar contando que fui un buen joven. No estoy muerto“, agregó.

El volante también destacó el apoyo que recibió tras el hecho. “En el club me auxiliaron rápido. En las redes sociales también. Es reconfortante ver tantos mensajes. Estoy agradecido“, relató.

“Eran cabros chicos. Quiero invitar a los jóvenes a que no busquen lo fácil. Que trabajen por su futuro. Más que rabia, me da tristeza ver a jóvenes de 15 años que teniendo un futuro por delante, buscan el dinero fácil de esa manera“, cerró.

El auto Kia Soul sustraído, que pertenece a los padres del futbolista, fue encontrado durante horas de la tarde, y dos de los delicuentes fueron detenidos, siendo ambos menores de edad.