La Justicia rusa prolongó este miércoles por otros dos meses la prisión preventiva de los futbolistas Alexandr Kokorin (Zenit) y Pável Mamáev (Krasnodar), acusados de actos groseros y agresión.
El tribunal Tverskói aceptó la petición de la acusación, que concluyó la investigación del caso, pero dijo necesitar más tiempo para presentar los cargos contra los imputados.
Los investigadores recordaron que Kokorin y Mamáev son acusados de varios delitos, “algunos de ellos graves”, y que por su holgada situación económica tienen estrechos lazos con las altas esferas del país.
Por ese motivo, argumentaron que pueden influir en la marcha de la investigación, por lo que no hay motivo para modificar la medida cautelar y ponerles en libertad.
Los defensores de los futbolistas acusaron incompetencia por parte de los denunciantes, a las víctimas de la agresión de realizar testimonios “falsos” y pidieron la liberación de sus clientes bajo fianza.
El abogado de Kokorin volvió a utilizar el argumento de que si su cliente no abandona la prisión habrá que ponerle “una rodilla nueva”.
El médico del Zenit asegura que Kokorin sufre artrosis en una rodilla debido a la grave lesión que le tuvo en el dique seco durante medio año y que la ausencia de una correcta rehabilitación puede conducir al fin de su carrera profesional.
El delantero pidió este martes perdón en una carta abierta a los aficionados, compañeros y cuerpo técnico del Zenit.
“Me disculpo, no me pude controlar. Reconozco que mi reacción a los insultos hacia mi persona, mi hermano y los presentes fue excesiva, pero después del conflicto me disculpé públicamente y estoy dispuesto a compensar el daño realizado”, agregó.
Kokorin y Mamáev fueron encerrados a mediados de octubre en virtud de la parte 2 del artículo 213 (gamberrismo) y 116 (agresión) del código penal, lo que puede acarrear penas de hasta siete años de cárcel.