Publicidad

El almanaque mundialero de Aldo: Victor Moses y el milagro de la vida

Revisa el anecdotario que preparó el comentarista de Al Aire Libre con motivo de la Copa del Mundo.

Publicidad

Por Aldo Schiappacasse, @AldoRomuloS

La generación dorada del fútbol nigeriano —la de Kanu, Okocha, Amokachi e Ikpeba— tenía un denominador común: se componía casi exclusivamente de jugadores nacidos y criados en el país africano.

Pero con el paso de los años, y la globalización, los esfuerzos también comenzaron a centrarse en reclutar a aquellos deportistas que hubiesen emigrado a temprana edad o nacido en el exterior, pero tuviesen algún vínculo con Nigeria, un país que no ha escapado en las últimas décadas al horror de las guerras.

Es así como, por ejemplo, las Súper Águilas que compiten este año tienen a hombres oriundos de Holanda (William Ekong o Tyronne Ebuehi), Alemania (Leon Balogun) o incluso Rusia (Bryan Idohu).

Y también hay nacidos en Nigeria que emigraron siendo menores de edad a Europa. Es el caso de Victor Moses, quien jamás olvidó su origen y su pertenencia a la tribu swahili, pese a sufrir el máximo desarraigo, porque el volante de Chelsea creció con una experiencia traumática: sus padres fueron asesinados cuando él tenía 11 años.

Su papá (Austine) era pastor cristiano y su madre (Josephine) ayudaba también en el culto. Vivían en Kaduna, donde los conflictos por diferencias religiosas generaron una ola de crímenes, en medio de la proclamación de la Ley Islámica. La zona además fue controlada por el grupo extremista Boko Haram, quien atentó constantemente contra la población civil provocando miles de muertos y secuestros.

Alertado por el derramamiento de sangre, el gobierno británico organizó la salida de refugiados. Uno de ellos fue Victor, quien dejó su tierra y amigos para buscar una nueva vida en Londres, donde lo recibió un tío y contó con el aporte estatal para salir adelante.

De lo que jamás se alejó Moses fue de la pelota. Al poco tiempo fue inscrito en la escuela de fútbol del Crystal Palace, y no se detuvo. Llegó a ser profesional y a jugar también por Wigan Athletic (donde fue compañero de Jean Beausejour), Liverpool, West Ham United, Stoke City y Chelsea.

Y aunque representó desde la Sub 16 hasta la Sub 21 a Inglaterra, al llegar a la adultez optó por Nigeria. Hoy, a sus 27 años, disputa con orgullo su segundo Mundial por las Súper Águilas y luchará, contra Messi y Argentina, la posibilidad de seguir avanzando.

Opinión

Publicidad

Estamos hablando de

Publicidad

Hoy en portada

Publicidad