“Me duele porque fuimos familia”: el formador de Claudio Bravo lanza dura acusación contra el exportero
Julio Rodríguez, el hombre que forjó a Claudio Bravo, rompe el silencio sobre un distanciamiento que va más allá del fútbol.

Durante años, Claudio Bravo fue más que un arquero para Julio Rodríguez. Fue un hijo deportivo, un reflejo del trabajo silencioso que pocos ven, pero que construyen grandes carreras. Sin embargo, hoy ese vínculo parece haber desaparecido en medio de reproches, clínicas deportivas y un silencio que duele más que cualquier derrota.
El expreparador de arqueros de Colo Colo, considerado el principal formador de Bravo, reveló una historia que pocos conocían en En Cancha Prime: el abrupto quiebre con el excapitán de La Roja, a quien acusa de apropiarse de un proyecto conjunto sin reconocer su autoría.

Claudio Bravo y la clínica que los distanció
Julio Rodríguez recuerda con orgullo los inicios del portero en Colo Colo: "Lo invité a entrenar con los profesionales a los 15 años y fue el mejor de todos". La relación entre ambos creció al punto de volverse familiar. Incluso, según Rodríguez, Bravo habría renunciado a la Selección por solidaridad con él: "Dijo: 'Si no va Julio, yo no voy'. Eso tiene un valor tremendo".
Pero el problema, dice Rodríguez, comenzó cuando Claudio quiso impulsar clínicas de formación de arqueros mientras aún jugaba en Europa. "Yo armé el proyecto desde cero. Tuvimos más de 160 jóvenes en dos clínicas. Él tenía la imagen, pero el contenido lo puse yo", afirma. Sin embargo, tras su viaje a Estados Unidos, dejó de recibir llamadas. "Siguió haciendo las clínicas con mi método, pero sin mí. Nunca me pidió permiso, ni me reconoció".

Julio Rodríguez: "Me duele porque fuimos familia"
Para Rodríguez, lo más difícil no es el silencio profesional, sino el emocional. "No me contesta el teléfono. Nunca me dijo por qué dejamos de hablar. Solo se alejó. Lo conocí a los 12 años... éramos familia", lamenta.
Aunque ha considerado acciones legales, reconoce que no le nace. "Sería justo, pero me da pena. No me lo merezco". A pesar del quiebre, Rodríguez no guarda rencor: "Pueden decirme mil cosas malas de Claudio, y no las voy a creer. Yo lo conozco".
Hoy, lo que alguna vez fue una relación forjada en la confianza y el trabajo compartido, permanece en el silencio. Rodríguez admite que su distanciamente con Bravo dejó una herida abierta que, hasta ahora, no ha encontrado respuesta.