La “hazaña” de Schumacher es mencionada este lunes por numerosos diarios de todo el mundo, pero queda retratada con especial profusión en el sensacionalista diario británico The Sun, tanto en texto como en fotografías.
“Parecía que se habían vuelto salvajes. Era como una zona de guerra”, señaló un testigo al rotativo.
Las fotos muestran a un Schumacher con ojos vidriosos, fumando un enorme puro y vistiendo una camisa de Toyota abierta en el pecho. El alemán lanzó un frigorífico al suelo, y su hermano tiró una televisión a través de una ventana.
Curiosamente, empleados de Toyota miraron la escena entre curiosos y divertidos. A continuación los hermanos se subieron en una carretilla elevadora y la “pilotaron”. Posteriormente, ambos se montaron en el BMW de alquiler que Ralf utilizó para moverse por Japón.
Michael desplazó a Ralf del asiento del conductor y amagó con arrancar para irse al hotel, aunque finalmente no se movió del sitio.
Cuando terminó la fiesta, por las instalaciones de Toyota parecía haber pasado hooligans. Botellas de cerveza por el suelo, muebles volcados, ventanas rotas y trozos de cristales por todas partes.
“Todo empezó cuando empezaron a tirarse las botellas, y todo fue creciendo. Michael, que estaba fumando un gran puro, le pasó la televisión a Ralf, que la tiró por la ventana”, aseguró a The Sun el mismo testigo.
Suzuka se ha convertido en casi una tradición como la última carrera de la temporada. A la lógica explosión de alegría por el fin del trabajo de todo un año se une que el trazado nipón incluye en su interior un parque de atracciones y un karaoke en el que ya es habitual que se reúnan los equipos después de la carrera.
Schumacher y su equipo Ferrari, que sumó su quinto título consecutivo de constructores, celebraron efectivamente en el karaoke bebiendo, cantando y bailando hasta altas horas de la madrugada de este lunes. Hasta que los hermanos Schumacher decidieron trasladar el divertimento a la sede de Toyota. (Agencias)