El primer tiempo tuvo todos los elementos de un pleito en el que no se jugaba absolutamente nada -con la UC como colista de la serie y con los brasileños clasificados con holgura- y en el que las formaciones de ambos elencos estaban nutridas por suplentes.
Es decir, aburrimiento, modorra en la lucha por el dominio de la pelota, escasa profundidad en las jugadas ofensivas, algún atacante que con el anhelo de alcanzar una camiseta de titular lanzó un centro inspirado (personificado en Daniel Pérez) y con los 500 hinchas que llegaron a San Carlos de Apoquindo congelados por el frío y masticando la rabia por el mal fútbol que les tocó ver.
La única gran acción de peligro la tuvo el atacante brasileño Robson, cuando recibió libre de marcas una pelota en el área cruzada en el minuto 19. La jugada no sólo inquietó la estantería local, sino que sacó a relucir la calidad de su novel arquero.
El meta Rainer Wirth – 20 años e hijo del ex arquero y actual ayudante de la selección chilena, Oscar Wirth- tapó en lucida acción el remate de Robson y comenzó a inscribir su nombre en las ligas mayores.
Otro elemento destacable del primer lapso fue la paciencia que tuvo el ariete Eduardo Rubio -hijo de otro ilustre del fútbol chileno, Hugo Eduardo Rubio- con los defensas visitantes. Tinho, Gino y Jorginho se turnaron para golpearlo ante la displicencia del árbitro ecuatoriano José Carpio.
En el segundo tiempo, el técnico Oscar Meneses se mostró “conforme” con el accionar de sus pupilos y no hizo variaciones en su insulsa oncena. Así, el mayor riesgo que ejercieron los cruzados fueron dos tiros de distancia de Gonzalo Villagra y Albert Acevedo. Demasiado pobre.
Los brasileños tampoco mejoraron mucho, pero en más de alguna ocasión pudieron desnivelar con algunas jugadas en las que derrocharon talento, pero se encontraron con el aplomo y la seguridad de Wirth Jr.
Increíblemente, la única variación que introdujo Meneses ocurrió en el minuto 78.
Nadie entendió si el DT “cuidaba” el resultado con la formación que tenía en la cancha o si después le dio pena y decidió mandar al gramado a Gioino para que no se congelara en la banca.
A los 87' Cristián Alvarez plantó la bandera del honor en San Carlos. El defensa le robó una pelota a Gioino, que con la cabeza gacha se complicaba ante las marcas visitantes, y con un puntazo venció la resistencia del portero Marcao.
Dos minutos más tarde un centro al área estudiantil fue conectado de cabeza por Sandro y Wirth Jr. tuvo que recoger la pelota en el fondo de la malla. Así, Paysandú consiguió mantener su invicto en el torneo.
La estadísticas marcaron un empate 1-1 ante el ganador del Grupo 2, un equipo brasileño que vino a pasear a Santiago, pero los 500 hinchas que vieron el partido no se olvidarán del deplorable partido de la UC y del gol de Alvarez, que le dio algo de dignidad a su despedida de la Copa Libertadores 2003.
En el otro duelo del Grupo 2, Cerro Porteño de Paraguay venció como local por 1-0 a Sporting Cristal de Perú, consiguió el segundo puesto y avanzó a octavos de final de la justa continental. El único gol del partido lo marcó Sergio Aquino a los 75'.
En octavos de final, Paysandú enfrentará a Boca Juniors de Argentina, mientras que Cerro Porteño se verá las caras con Independiente de Medellín de Colombia.
Estádisticas:
U. Católica 1: Rainer Wirth; Cristián Alvarez, Manuel Ormazábal, Claudio Muñoz, Albert Acevedo; Patricio Ormazábal, Gonzalo Villagra, Kormac Valdebenito, Iván Vásquez; Daniel Pérez y Eduardo Rubio (74′ Sergio Gioino). DT: Oscar Meneses
Paysandú 0: Marcao; Tinho, Gino, Jorginho, Denis; Vanderson, Sandro, Lecheva, Iarlei; Albertinho (74′, Ze Agusto) y Robson. DT: Darío Pereyra.
Arbitro: José Carpio (Ecuador).
Goles: 1-0, Alvarez (87′); 1-1, Sandro (89′).
Amarillas: Ormazábal (UC); Jorginho, Tinho (P).
Estadio: San Carlos de Apoquindo.