Por Héctor Uribe Delgado

 

En medio de los sones de la bandita, eterna acompañante de Magallanes, el cuadro albiceleste, uno de los más antiguos del fútbol chileno, sufrió una nueva decepción en su historia más reciente al descender a la Tercera División luego de una magra campaña en la Primera B a lo largo de 2006 y que quedó sentenciada tras caer este viernes por 2-0 ante Deportes Temuco.

 

A la cancha sintética del Estadio Municipal de La Florida llegaron unas 700 personas dispuestas a que no fuera el último partido de la "Academia" en Primera B. Sin embargo, la ilusión, ya menoscabada por la mediocre campaña, fue de golpe quebrada por el elenco de la Novena Región.

 

Corrían sólo cinco minutos y una entrada del delantero Héctor Salazar terminó con la apertura de la cuenta en favor de la escuadra de la Frontera. Un balde de agua fría para los fieles barristas "carabeleros", que sólo atinaron a seguir con dignidad el resto del partido. Claro está, siempre al ritmo de los músicos.

 

Magallanes, campeón en los albores del profesionalismo en 1933, 1934, 1935 y 1938, intentó reaccionar y tuvo la oportunidad de encontrar el empate a los 38 minutos luego de un penal en contra de Carlos Reyes, pero el mismo delantero erró y envió el disparo a las manos del portero Javier Rodríguez.

 

La bandita mantuvo incesante su música, pero en la cancha los jugadores fueron incapaces de revertir la historia, sobre todo después del lapidario inicio del segundo tiempo.

 

Recién comenzado el complemento, el mismo Héctor Salazar recibió solo, dejó en el camino al portero y sentenció el 2-0, ante la angustia de los hinchas magallánicos, a esa altura, casi resignados al frustrante descenso.

 

Fundado el 27 de octubre de 1897, para Magallanes la historia se repite. Ya en 1993 dejaron de estar en el profesionalismo tras caer a Tercera y aunque luego volvieron a Segunda en 1995, el equipo se acogió a un proyecto de Sociedad Anónima que tenía como objetivo devolver al club a la palestra del fútbol nacional, no obstante, malas campañas terminaron con lo ocurrido este viernes en La Florida.

 

Muchos hinchas perdieron la paciencia y se centraron en agresiones verbales a jugadores y cuerpo técnico, pero las lágrimas fueron la tónica entre jugadores y entre la barra más tradicional, que acompañó hasta el final y siempre al ritmo de la bandita del "viejo y querido" Magallanes, la Academia. (Cooperativa.cl)