Dinamarca se consagró este domingo campeón del Mundial de Balonmano por segunda vez consecutiva, en esta ocasión en Egipto, tras imponerse ajustadamente por 26-24 a Suecia, en la final disputada en el Halls Complex de El Cairo.

Los daneses desnivelaron en el segundo tiempo un parejo encuentro y lo hicieron con el lateral izquierdo Mikkel Hansen como gran figura, ya que aportó siete goles en el total del partido y fue la gran figura.

Los suecos mostraron un buen nivel, tal como lo habían hecho con Chile en la fase de grupos al derrotarlo por 41-26, pero en esta jornada no pudieron ante un rival que fue superior.

En el duelo del tercer lugar, también jugado en esta jornada, España doblegó a Francia por 35-29 a Francia en el mismo recinto y se quedó con la medalla de bronce.