El repentino fallecimiento del padre de Oswaldo Sánchez, arquero titular de la selección mexicana, fue un duro golpe para el resto de la delegación, que espera que el hecho ocurrido el miércoles no afecte el rendimiento de la escuadra azteca en el Mundial de Alemania 2006.

 

Felipe Sánchez murió el miércoles a los 55 años a causa de un infarto de miocardio en Guadalajara, justo en la víspera de que viajara a Europa para acompañar a su hijo, que hasta Alemania 2006 había estado en dos Mundiales como suplente.

 

El arquero de Chivas de Guadalajara viajó a primera hora de este jueves desde Gotinga rumbo a México para asistir al funeral de su padre, mientras en el equipo acusaron el golpe anímico que significó para todos los miembros del plantel.

 

El defensa de Barcelona y capitán de la selección, Rafael Márquez, manifestó el pésame a su compañero y le expresó el apoyo para intentar superar este difícil momento.

 

"Es un golpe duro para el equipo que un integrante tenga una pérdida tan grande", declaró Márquez, agregando que "el grupo está con él, pero la vida tiene que continuar, y el equipo tiene que continuar".

 

Márquez recordó que al padre del portero le generaba "mucha ilusión" ver jugar a su hijo en un Mundial, y por eso se manifestó confiado en que Oswaldo Sánchez regresará para estar en el partido contra Irán, el domingo 11 de junio.

 

El defensa de Barcelona manifestó que ahora sólo resta "darle el máximo apoyo", y señaló que quizás este trágico hecho sirva para unir aún más al grupo de cara a su debut en Alemania 2006: "Pueda ser que el equipo crezca más en motivación", indicó. (EFE)