Atlético de Madrid retomó el pulso a la liga española con una victoria por 2-0 contra Athletic de Bilbao, promovida y resuelta por el argentino Ángel Correa, el asistente de los dos goles de Saúl Ñíguez y Álvaro Morata
Nada habría sido posible sin Jan Oblak. Desde una sensacional estirada al primer minuto, con un cabezazo potente de Íñigo Martínez al que voló para despejarlo por encima del larguero, se salvó del 0-1 el Atlético, ahogado en la puesta en escena por la buena presión del Athletic, capaz de recuperar la pelota siempre con celeridad.
Y también de jugarla con precisión, paciencia, movilidad. Pero poca profundidad durante todo el primer tiempo. Le faltó al conjunto bilbaíno la rotundidad que dan las ocasiones al dominio del balón y de los espacios, con el equipo madrileño entonces un paso por detrás en cada sector, menos en las zonas más trascendentes: las áreas.
Porque ahí sí fue el Atlético más oportuno. Saúl, con una pelota puesta en el corazón del área por Correa, dio un puntazo letal para agitar las redes en los 28′. Mientras que a los 64′ fue asistido a dos metros del arco para marcar solo con un contacto al balón.
Atlético quedó en el segundo lugar de la tabla al sumar 19 unidades, mientras que el Athletic se frenó en el décimo puesto, con 13 tantos.