Los buenos resultados deportivos de Chelsea definitivamente no se traducen en ganancias monetarias, ya que el campeón y actual líder de la Liga Premier inglesa cerró por segundo año consecutivo con una histórica pérdida económica tras la temporada 2005.
La entidad del magnate ruso Roman Abramovich sufrió un balance negativo de 249 millones de dólares (más de 131 mil millones de psesos), cantidad que excede a las registradas durante 2004, y que es la más grande registrada en la historia por cualquier club británico.
Pese a las pérdidas, los resultados correspondientes a la temporada 2004-2005 muestran también una reducción del seis por ciento en los salarios asignados a los jugadores, así como un 4,1 por ciento de incremento en los ingresos que percibe el club en concepto de fútbol.
La directiva de Stamford Bridge está convencida de que avanza en la dirección adecuada, y que estos datos no son incompatibles con el proyecto económico trazado a largo plazo (cinco años) por Abramovich junto a su director ejecutivo, Peter Kenyon, y el gerente Paul Smith, que confían en hacer que el club genere beneficios tras este período de tiempo.
El presidente de la entidad, Bruce Buck, observó que durante el año pasado Chelsea tuvo que afrontar "gastos excepcionales", entre los que mencionó los 44 millones de dólares (23 mil millones de pesos) pagados al proveedor deportivo Umbro para que liberara al club del vínculo que les unía, o la rescisión del contrato del delantero rumano Adrian Mutu.
Pese a que la enorme fortuna que posee el magnate ruso Roman Abramovich -quien compró el equipo en 2003- garantiza que el dinero no suponga un problema en Stamford Bridge, la directiva de Chelsea se propuso como meta conseguir que el club sea un negocio rentable en un plazo de cinco años. (EFE)