El partido entre Suiza y Lituania, del Grupo C de las Clasificatorias europeas, comenzó con un retraso al tener que cambiar uno de los arcos del Estadio Kybunpark de St. Gallen.

Al comprobar el estado de las porterías, los responsables detectaron que una de ellas tenía 10 centímetros más de altura que la otra.

Los operarios del recinto tuvieron que retirarla del terreno de juego y sustituirla por otra con la medida reglamentaria, lo que impidió que el encuentro empezara a la hora fijada.

Finalmente el duelo arrancó 20 minutos más tarde y dio la vuelta al mundo con este insólito hecho.