El exdelantero colombiano Faustino Asprilla repasó su conocida y excéntrica vida nocturna durante su paso por el club italiano Parma en la década de los 90, y su adaptación al estilo futbolístico de aquel país, que no se interpuso con el gusto por la bohemia.

No tenía cabeza. No me gustaba entrenar, me costaba entender lo que me pedían los entrenadores. Estaba acostumbrado a jugar con libertad y en cambio aquí (Italia) hay que ser fiel a la táctica, pobre de ti si te equivocas”, indicó en conversación con Gazzetta dello Sport.

No llevaba la vida de un atleta perfecto: Me acostaba tarde, y casi nunca solo, me despertaba muy tarde, me gustaba ir a discotecas y fiestas. En fin, en todo este lío que era mi vida, el fútbol no estaba en primer lugar. Este era mi límite. Pero me divertí mucho y creo que entretuve a mucha gente”

Además, dio su visión sobre el fútbol actual. “Lo miro, pero no me divierte. Todo pases laterales, poco regate. Y luego esos entrenadores que parecen alborotadores frente a los banquillos y les gritan a los jugadores lo que tienen que hacer”, opinó.

“Hay asistentes que les muestran a los jugadores que tienen que entrar a la cancha,cómo tienen que moverse, qué tienen que hacer, a quién marcar. ¿Estamos locos? ¿Crees que los jugadores no saben qué hacer? Déjalos libres, déjalos que se diviertan y verás que todos nos divertiremos mucho más”, sumó.