Liverpool se coronó monarca de la Carling Cup tras superar en la final al modesto Cardiff -cuadro galés que milita en la Football League Championship– vía lanzamientos penales, luego de igualar 2-2 al cabo de la prórroga, en un compromiso que se disputó en el Estadio Wembley.
El compromiso en los 90 minutos regulares terminó emparejado 1-1 tras las conquistas de Joe Mason (19′) para los azules -primer equipo no perteneciente a la Premier League en jugar la final del certamen desde el 2001- y de Marin Skrtel a los 60 minutos.
La paridad obligó a jugar dos tiempos extra de 15 minutos cada uno al fin de los cuales acabaron 2-2, por lo que la copa debió dirimirse desde los 12 pasos. Los goles fueron de Dirk Kuyt a los 108′ y de Ben Turner, cuando restaban 120 segundos para que el pleito expirara.
En la definició, el conjunto de la ciudad de los Beatles fue más efectivo al anotar en tres ocasiones, mientras Cardiff erró misma cantidad de lanzamientos, por lo que la corona se la llevaron los rojos.
Con la victoria Liverpool alcanzó un trofeo que no lograba desde la temporada 2002-2003 y además se matriculó en la tercera ronda de la próxima Europa League.